Defiende el "federalismo de gobernabilidad" y dice que "el catalanismo no se reivindica, se practica"
BARCELONA/MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
La consellera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, afirmó hoy en Madrid que el modelo de financiación no se corresponde al nivel de descentralización de competencias y criticó la inexistencia de mecanismos de ajuste automático a necesidades por cambios no previstos, como la llegada de la nueva inmigración.
En el marco de la conferencia titulada 'Salud: del federalismo de gestión al federalismo político', coincidiendo con el aniversario de la muerte del ex ministro Ernest Lluch, Geli apuntó que hay una "mala" evolución de los tributos cedidos y una "fragilidad" en el modelo de financiación por el impacto a los cambios de ciclo económico.
La consellera propuso consensuar mecanismos de ajuste automático a las necesidades de cambio motivadas por cambios demográficos, crecimiento tecnológico y diferencial de inflación entre comunidades autónomas.
Apostó por una reforma del sistema de financiación actual con la ampliación de la corresponsabilidad fiscal, teniendo en cuenta el esfuerzo fiscal diferencial adecuado a las necesidades de cada comunidad autónoma y no penalizado por efectos redistributivos.
Defendió la ampliación del espacio fiscal hacia fuentes de ingresos más estables, evitar competencias fiscales entre comunidades --para lo que puso el ejemplo del impuesto de sucesiones-- y un retorno al "federalismo asimétrico" o "de dos velocidades", diferenciando así entre comunidades autónomas consideradas históricas y no históricas.
Geli reclamó que "la centralidad ejerza también sus competencias compartidas con las Comunidades Autónomas" y se refirió al Consejo Interterritorial, del que dijo que es un órgano pionero de coordinación en la construcción de un modelo federal, pero en el que tiene "demasiado" protagonismo el Ministerio de Sanidad y Consumo. Por ello, apuntó a la posibilidad de que haya presidencias rotatorias entre las autonomías.
Para Geli, el federalismo "es cooperativo o no es", por lo que reclamó la "máxima lealtad institucional y recíproca". Consideró que el liderazgo que Catalunya toma en algunas políticas sanitarias "tropieza" con "mecanismos de consenso lentos y a veces atrofiados desde la centralidad".
En este sentido, puso como ejemplo el caso de la regulación de las terapias naturales y aseguró que "la no actuación del Ministerio genera inseguridad". También dijo que el desarrollo de especialidades y la oferta de plazas no se ajusta a las necesidades particulares de Catalunya.
En opinión de Geli, los procesos legislativos no siempre se han regido por la descentralización, sino que "en muchos casos" han sido "recentralizadores", entre los que citó las leyes del medicamento de 1993 y 1998, la incorporación de las prestaciones odontológicas y la financiación de la asistencia a no residentes.
Resaltó que la descentralización en el ámbito de la sanidad ha ayudado a mejorar la opinión de los ciudadanos respecto al sistema y dijo que el nivel de satisfacción ha pasado del 5,94 en 2002 al 6,23 en 2006, según datos del Ministerio.
Sostuvo que el sistema sanitario es "eficiente" y, más allá de los gastos que comporta, es "fuente de riqueza, crecimiento económico y cohesión social". Dijo que en el caso de Catalunya, el sector sanitario genera un 5,1% del Producto Interior Bruto (PIB) y cada millón de euros invertido en sanidad genera un valor añadido de 860.000 euros.
TRASLADAR EL ÉXITO SANITARIO A OTROS ÁMBITOS
La consellera indicó que "el balance global es sobradamente positivo" y remarcó que "conviene avivar el debate en torno al modelo federal del Estado", superando las "disfunciones" del actual modelo de financiación.
En esta misma línea, tomó como referente el "éxito" de la descentralización de la salud en Catalunya para extender el modelo a otros ámbitos y pasar "del federalismo de gestión al federalismo de gobernabilidad".
Para ello, vio imprescindible la creación de mecanismos de participación de las comunidades autónomas, con una reforma del Senado y apostó por que las regiones intervengan en la toma de decisiones a nivel internacional con una interlocución "más directa con el mundo", sobre todo en el contexto de la Unión Europea.
A su juicio, todo ello contribuye a construir "un Estado más cohesionado y justo" a nivel social y "más potente" desde el punto de vista económico". Insistió en que el "nuevo catalanismo" debe asentarse bajo estas bases "realistas" y "de valores compartidos". "El catalanismo no hace falta refundarlo, no es patrimonio de nadie, es fruto de una voluntad compartida. El catalanismo no se reivindica, se practica", agregó.