MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha recordado que el estigma y la discriminación "dañan la salud física, la salud mental y la salud social", en el marco del acto 'Aprendizajes de dos luchas: diálogo entre experiencias de VIH y Salud Mental', celebrado este viernes con motivo del Día de la Cero Discriminación en el Ministerio de Sanidad.
García ha rememorado que este viernes se cumplen diez años desde que la Asamblea General de Naciones Unidas, a instancias de ONUSIDA, estableció este día para promover la igualdad y la equidad en todas las personas y poner fin a todas las formas de discriminación.
"Las personas con problemas de salud mental han sido sistemáticamente estigmatizadas y discriminadas a lo largo del tiempo, viendo reducido considerablemente sus derechos. También para las personas con el VIH, el estigma y la discriminación ha sido y sigue siendo un problema al que tienen que seguir enfrentándose y que también limita sus derechos y el acceso a oportunidades sociales y sanitarias", ha apuntado.
En este sentido, ha afirmado que el VIH propició "un cambio profundo y radical" de muchos aspectos de la salud pública y de la medicina asistencial desde su irrupción en los años 80.
Por ejemplo, ha señalado que "se cambió el paradigma en aspectos como el consentimiento informado, el testamento vital, el derecho al tratamiento para todas las personas en todos los lugares del mundo, la dignidad de las minorías y la participación de los pacientes en la toma de decisiones.
Por tanto, la ministra ha instado a abordar el estigma "desde un enfoque multidisciplinar y multisectorial", a fin de "avanzar hacia una sociedad más inclusiva, más justa y más respetuosa de la diversidad humana en todas sus formas".
Por su parte, el director general de Salud Pública y Equidad en Salud, Pedro Gullón, ha señalado la importancia de abordar el estigma y la dicriminación desde un enfoque de salud pública.
"Es un tema que tiene que ver con la participación, que es una de nuestras funciones, que tiene que ver con la autonomía de las personas y también tiene que ver con la equidad en salud. Así que es algo que, para nosotros, es algo central y que vamos a desarrollar en el futuro", ha finalizado.
EL ESTIGMA EN PRIMERA PERSONA
Durante la jornada, personas con VIH y con trastornos relacionados con la salud mental han contado experiencias en las que han vivido estigma y discriminación en primera persona.
Mercè Torrentallé, de Salud Mental España, sufrió un brote psicótico "en plena calle" en un pueblo de 2.500 habitantes, "con todo el estigma que eso representa". "Se me ingresó en un hospital psiquiátrico, se me practicaron contenciones y algunas vulneraciones de derechos. Pero lo más importante es que, cuando salí del hospital, tenía miedo, discriminación en el pueblo y no me atrevía a salir de casa", ha relatado. El punto de inflexión de esta situación ocurrió cuando empezaron a discriminar a su hija, que entonces tenía 16 años.
"Eso fue el detonante para que escribiera mi primer libro, que fue 'Esquizofrenia, locura o realidad'. Gracias a eso me reconcilié con el pueblo y descubrí todo el mundo asociativo", ha rememorado.
En suma, Torrentallé ha reclamado que los pacientes de salud mental sean "tenidos en cuenta" en la toma de decisiones y su abordaje sea multidisciplinar e "interdepartamental". "No somos enfermedades con patas, ni personas a trocitos, tenemos que mirarnos desde una globalidad", ha señalado.
Por otro lado, Quique Poveda, que recibió el diagnóstico de VIH en 1986, ha expresado que sufrió discriminación "tanto en el ámbito médico, social, como en el familiar". Pero su estigma no solo se reduce al VIH, sino que va más allá. "Tengo cirrosis y hepatitis B, que las dos estigmatizan. He sido yonki de heroína y cocaína. Tengo Parkinson. Tengo un trastorno bipolar. He intentado suicidarme dos veces", ha desgranado.
También ha contado su experiencia Iván Garrido, que nació con VIH. "Mis padres eran drogodependientes. Mi madre se pinchaba y entonces no abortó. Y claro, el estigma ya venía impreso en mi nacimiento, porque era el estigma que estaba sobre mi madre por ser la yonki", ha contado Garrido, que fue criado por sus abuelos.
"También me crié con el propio estigma de mis abuelos. Yo me acuerdo de que me decían: 'No vas a tener amigos, no hables con nadie en el recreo, no vas a tener pareja'", ha lamentado.
También ha rememorado el difícil contexto de los niños con VIH en esos años, ya que estos a veces recibían las clases por teléfono para que no tuvieran contacto con el exterior.
En este punto, Garrido ha introducido el concepto de "autoestigma", que en su caso tiene que ver con su propia "serofobia interiorizada" desde antes de conocer su diagnóstico, del que nunca hablaba a su entorno. Cuando iba a las revisiones del médico, aseguraba a sus amigos que iba a ver cómo estaban sus "alergias". Por todo ello, Garrido ha insistido en que "el estigma se combate con formación y con información".
Finalmente, la comisionada de Salud Mental, Belén González, se ha comprometido a que las personas con experiencia en primera persona en salud mental formen parte de las iniciativas políticas que se vayan a hacer desde el Comisionado y "participen desde el principio del diseño y de la puesta en marcha" de todas las iniciativas.