MADRID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
En las mujeres, fumar aumenta el riesgo de sequedad vaginal y atrofia genital, además de acelerar la menopausia y disminuir los estrógenos, según informó hoy el director del Instituto de Salud y Medicina de la Mujer, Santiago Palacios, en un comunicado del VII Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer.
Palacios explica que "el hábito tabáquico provoca arterosclerosis", de lo que deriva una "disminución del flujo sanguíneo, que en la mujer aumenta el riesgo de sequedad vaginal y atrofia genital". Todo ello, "acelera y/ o agrava de forma importante la falta de deseo sexual en la mujer o trastorno del deseo sexual hipoactivo, patología de la sexualidad más frecuente en la mujer".
Dicha enfermedad, agrega el presidente del comité organizador del VII SAMEN que se ha realizado recientemente en Madrid, es la que "más empeora su calidad de vida y sobre la que más consultan al ginecólogo".
En el 33% de las mujeres de entre 18 y 59 años que sufren una disminución del deseo sexual, el origen es del orden psicológico, hormonal o una combinación de ambos, según estudios americanos y europeos que cita en el mismo comunicado la doctora Charo Castaño, psicóloga-sexóloga de la Unidad de Disfunción Sexual del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer. La falta de deseo sexual, que es "una de las disfunciones más frecuentes en las consultas de ginecología y sexología", se presenta por problemas "hormonales", pero también por "factores psicológicos individuales como de pareja", aclaró Castaño.
La médica destaca entre las causas individuales los "estados depresivos, la ansiedad y la angustia". En el caso de las parejas, los motivos pueden atribuirse a las "diferencias en los valores, el sentimiento de tarea u obligación ante el sexo, la saturación sexual, la preocupación de los hombres a estar a la altura y la frustración orgásmica en la mujer".
Sin embargo, el tabaquismo en la mujer "además de aumentar el riesgo de la falta de deseo sexual", es uno de "los factores responsables de que las mujeres desde hace años estén padeciendo enfermedades tradicionalmente masculinas, como el cáncer de pulmón o los eventos cardiovasculares", alerta la doctora María Ángeles Planchuelo, presidenta de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo.
La falta de conciencia del riesgo, el miedo a subir de peso y el convencimiento de que los cigarrillos "light" son menos dañinos, son las justificaciones más usuales que "mantienen a la mujer en el hábito conducta y dificulta su abandono". Planchuelo agrega que es en la adolescencia cuando "las chicas son especialmente proclives a comenzar a fumar si tienen una madre que lo hace".
En cuanto a la adicción desde el punto de vista del nivel socioeconómico, la experta que estudió el mapa psicológico de la mujer frente al tabaco desde la adolescencia, explica que "en los sectores de población más desfavorecidos, las mujeres ven en el tabaco un bien de primera necesidad fundamental para escapar de la rutina y afrontar el sobreesfuerzo que supone el atender a sus familias".
LEY ANTITABACO
"Al año de entrar en vigor la Ley Antitabaco, la población fumadora disminuyó un 2%", lo que "viene a representar unas 600.000 personas", según destaca Planchuelo en base al último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Por otra parte, cita una encuesta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo que indica que "el 61,8% de los fumadores ha intentado alguna vez dejar de fumar" y que, en relación los resultados de esta encuesta, "desde la entrada en vigor de la Ley 28/2005, el 30,3% de los fumadores ha intentado dejar de fumar (31,4% varones y 29% mujeres), y un 53.5% de ellos ha conseguido estar más de un mes sin fumar".