MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Tomar los días de descanso partidos en lugar de todos seguidos ayuda a prevenir el síndrome post-vacacional, que en la próximas semanas sufrirá el 35 por ciento de los trabajadores entre 25 y 40 años, y cuyos principales síntomas son el cansancio, la falta de apetito y concentración, irritabilidad, ansiedad, tristeza y pasotismo, según la investigadora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR) Humbelina Robles Ortega
Esta experta advierte, en un comunicado, de que la vuelta a la rutina puede provocar "síntomas tanto físicos como psicológicos. Normalmente, cuando el síndrome postvacacional, también llamado prelaboral, se manifiesta físicamente no es más que una somatización de un malestar psíquico", apuntó.
Cansancio, falta de apetito y concentración, somnolencia o insomnio, taquicardia y dolores musculares son algunos de los síntomas de este mal. En el aspecto psicológico, el síndrome postvacacional provoca en el individuo irritabilidad, ansiedad, tristeza, pasotismo y una profunda sensación de vacío.
La profesora Robles Ortega destacó que una "buena medida" para prevenir la aparición de este trastorno es fraccionar las vacaciones, en lugar de tomar todos los días seguidos. "Si disponemos de un mes y nuestra empresa nos lo permite, podemos coger quince días primero, y otros quince más adelante. Esto nos servirá para evitar saturarnos, la sensación de estar de vacaciones se alargará, y además, los cambios en los hábitos no serán tan drásticos y permanentes por lo que la incorporación no será tan traumática".
Además, la investigadora de la UGR recomendó "establecer un período de readaptación" a la vuelta de las vacaciones, por lo que "la opción más recomendable" es regresar unos días antes de la reincorporación laboral.
"Durante esos dos o tres días --continuó--, debemos volver a nuestros hábitos cotidianos, o abandonar aquellos que hayamos adoptado durante nuestras vacaciones, como acostarnos más tarde de lo habitual o dormir la siesta". El objetivo de esta progresiva vuelta a la cotidianeidad no es otro que "evitar que la reincorporación sea tan brusca".
Robles recomendó "evitar darle demasiada importancia" a este malestar, y afrontar la vuelta al trabajo "como una nueva etapa llena de otros momentos gratificantes". La investigadora granadina aconsejó planificar viajes y otras actividades placenteras durante todo el año y no limitarlas únicamente a los meses estivales, ya que así evitaremos "la sensación de que el trabajo no viene acompañado de buenos momentos", que es la que en definitiva provoca el síndrome postvacacional.