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MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las personas que están en mejores condiciones para llevar un ritmo muestran respuestas más coherentes del cerebro al lenguaje que aquellas con menos ritmo, según un estudio publicado en la edición de este miércoles de la revista 'Journal of Neuroscience'. Los resultados sugieren que el entrenamiento musical podría agudizar la respuesta del cerebro a la lengua.
Los científicos han sabido durante mucho tiempo que moverse a un ritmo constante requiere la sincronización entre las partes del cerebro responsables de la audición y el movimiento. En el presente estudio, la profesora Nina Kraus y sus colegas de la Universidad de Northwestern, en Evanston, Illinois, Estados Unidos, examinaron la relación entre la capacidad de mantener el ritmo y la respuesta del cerebro al sonido.
En el estudio participaron más de cien jóvenes de la zona de Chicago, a los que se instruyó para escuchar y tocar con su dedo acompañando un metrónomo. La exactitud con la que tocaron los adolescentes se calculó en base a la proximidad de sus golpes con el "tic- toc" del metrónomo.
En una segunda prueba, los científicos utilizaron una técnica llamada electroencefalografía (EEG) para registrar las ondas cerebrales en un núcleo del cerebro importante para el procesamiento del sonido con el fin de analizar cómo escucharon los adolescentes el sonido sintetizado de la sílaba "da" repetido periódicamente durante un periodo de 30 minutos. Luego, calcularon cómo las células nerviosas en la región correspondiente respondieron cada vez que el sonido "da" se repitió .
"Cuando esta población de adolescentes llevaba de forma más exacta el ritmo, la respuesta de sus cerebros a la sílaba fue más consistente", resumió Kraus. Dado que los estudios anteriores muestran un vínculo entre la capacidad de lectura y la capacidad de mantener un ritmo, así como la capacidad de lectura y la coherencia de la respuesta del cerebro al sonido, Kraus explicó que estos nuevos hallazgos muestran que la audición es una base común de estas asociaciones.
"El ritmo es parte inherente de la música y el lenguaje. Puede ser que la formación musical, con énfasis en las habilidades rítmicas, ejercita el sistema auditivo, provocando una fuerte asociación entre el sonido y lo que significa, tan esencial para aprender a leer", afirmó Kraus.
John Iversen, que estudia cómo el cerebro procesa la música en la Universidad de California, San Diego, y no participó en este estudio, señaló que los resultados plantean la posibilidad de que el entrenamiento musical pueda tener impactos importantes en el cerebro. "Añade otra pieza al rompecabezas de la historia emergente que sugiere que las habilidades rítmicas musicales se correlacionan con un mejor rendimiento en las áreas no musicales, especialmente lingüísticas", subrayó.
El equipo de científicos de Kraus está trabajando en un estudio de varios años para evaluar los efectos de la formación musical en la sincronización del ritmo, la consistencia de la respuesta y las habilidades de lectura en un grupo de niños que participan en clases de formación musical.