MADRID 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Federación Española de Ortesistas y Protesistas ha denunciado deficiencias de la prestación ortoprotésica en España y, por este motivo, reclama la modificación del Real Decreto 1506/2012, aprobado por el actual Gobierno en funciones, que "puso las bases para el recorte de la prestación que atiende a las personas con discapacidad o que han sufrido un accidente o postoperatorio".
El presidente de la federación, Luis Gallego, defiende que "es el momento de que los medios de comunicación y las fuerzas políticas reparen en las terribles perspectivas que afrontan las personas con discapacidad en España".
Por otro lado, se felicita de que el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2016 haya recaído en el ingeniero Hugh Herr, por su brillante carrera científica en el desarrollo de órganos biónicos.
"Un galardón que reconoce la evolución espectacular y la fuerza de la investigación para facilitar nuevas soluciones que mejoren la vida de las personas", señalan.
Así, FEDOP aplaude que el jurado de los premios Princesa de Asturias haya reconocido la "encomiable labor" del científico estadounidense que perdió sus dos piernas, pero a su vez, "recuerda que la situación del sector en España es bien distinta, con demandas que el año pasado llevaron al primer cierre de ortopedias de la historia del país".
Desde FEDOP desean que este ejemplo de superación sirva para que se conozcan "los límites" en la prestación ortoprotésica pública. "No habrá Hugh Herrs en España a menos que el nuevo gobierno se tome en serio a los colectivos de la discapacidad y a los expertos de nuestro sector", denuncia Gallego.
"España tiene a algunos de los mejores técnicos ortoprotésicos de Europa. Lo ha reconocido ISPO que es la Organización Internacional que reúne a los profesionales del sector", afirma el presidente de FEDOP, quien explica que la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de Ortopedia que forma parte de esta federación, cuenta con las firmas más punteras del mundo en investigación ortoprotésica. "Es una riqueza que no se debería de poner en riesgo", señala.
"No queremos pacientes de primera y de segunda. En un par de años, podemos estar viendo en nuestras calles personas con tratamientos similares a los que se reciben en países en desarrollo", concluye.