BARCELONA 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las farmacias catalanas negocian con la Conselleria de Salud de la Generalitat la instauración de una cartera de servicios remunerados en sus establecimientos, para acordar con la administración qué tipo de actividades más allá de la venta de fármacos podrían desarrollar y qué cantidad económica compensaría estos esfuerzos añadidos.
La medida podría compensar el anuncio del Ministerio de Sanidad y Política Social de recortar el gasto sanitario en unos 1.500 millones de euros anuales en el caso de los fármacos, una medida que verá reducido el margen de beneficio de las farmacias españolas, que ya han advertido que la decisión podría poner en peligro la continuidad de algunos negocios.
En una entrevista con Europa Press, el presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña, Jordi de Dalmases, explicó que en estos momentos "se está hablando de las vías de retribución" entre las cerca de 3.000 farmacias y el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), mientras en paralelo se llevan a cabo proyectos piloto con buenos resultados, como la realización de pruebas de infección del VIH y el cribado precoz del cáncer de colon, entre otras.
En declaraciones a Europa Press, el gerente de Atención Farmacéutica y Prestaciones Complementarias del CatSalut, Antoni Gilabert, confirmó por su parte el "trabajo conjunto" que se lleva a cabo para "llegar a buen puerto". En este sentido, destacó que se quiere acabar el trabajo previo para poder sentarse a negociar sobre un documento base a partir de verano.
Estos servicios complementarios a la tradicional venta de medicamentos suponen una ampliación de las funciones de la farmacia, como ya sucede en el caso de la venta de la píldora postcoital, que va acompañada de la preceptiva información por parte del profesional. En el caso de las pruebas de VIH, 56 farmacias se han sumado a un proyecto piloto, que en un año de actividad ha realizado unas 1.500 pruebas, de las que solo el 0,87 por ciento dieron un resultado positivo.
Gilabert, por su parte, recordó que actualmente el CatSalut ya paga unos 60 euros por cada paciente drogodependiente en tratamiento, que acude a las farmacias para recibir el jarabe a base de metadona. A razón de mil pacientes en Cataluña, la trasferencias a las farmacias asciende a cerca de 700.000 euros anuales.
A juicio de Dalmases, la concreción de esta cartera de servicios antes de que se agote la presente legislatura sería el "broche de oro" a los ocho años de mandato de la consellera Marina Geli, a la que agradeció la "gran confianza y valor" otorgado a los farmacéuticos durante su gestión.
Gilabert, por su parte, descartó poder poner plazos a la reforma de la cartera de servicios, puesto que el acuerdo final dependerá de las dos partes, y de la letra pequeña del contrato, que debería incluir las medidas necesarias para realizar evaluaciones, entre otros aspectos.
"La sociedad no necesita farmacéuticos para vender cajitas de colores", dijo De Dalmases sobre la supuesta banalización de los fármacos --con precios que en algunos casos se han situado por debajo de "un paquete de chicles"--, y ante la certeza de que bajar las ganancias que aportan los medicamentos debería verse compensada con nuevas formas de retribución si se quieren mantener las farmacias.
MARGEN DE BENEFICIO DE 22,5%
El también presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB) precisó que el margen de beneficio por cada producto vendido que obtienen las farmacias catalanas se sitúa en el 22,5 por ciento, cantidad a la que posteriormente hay que restar los gastos de personal, mantenimiento del local y reformas.
En los últimos años dicho margen se ha reducido, por lo que De Dalmases consideró que "será difícil mantener la calidad del servicio", en un contexto en el que han crecido las atribuciones, fruto de la voluntad de los farmacéuticos de "crecer profesionalmente" y en virtud de los acuerdos alcanzados con la administración.
De Dalmases señaló entre las medidas positivas adoptadas recientemente la implantación de la receta electrónica, un instrumento a través del que farmacéuticos y médicos se podrán comunicar y hacer un seguimiento de los tratamientos de cada paciente, que además permitirá ahorrar mucho tiempo dedicado hasta ahora a la burocracia.