MADRID, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) se ha manifestado en contra de la posibilidad de que los cigarrillos electrónicos puedan adquirirse en las farmacias, tal y como señala el proyecto de real decreto elaborado por el Ministerio de Sanidad, que regula la fabricación, presentación y venta de productos del tabaco y los productos relacionados, y que está en periodo de alegaciones.
Desde la sociedad afirman que "el cigarrillo electrónico no puede considerarse en estos momentos un producto recomendable como terapia para la cesación tabáquica". A su juicio, faltan estudios que "avalen tanto su efectividad como la completa inocuidad de sus componentes, sobre los que no hay información suficientemente transparente".
Además, consideran que el hecho de que el proyecto de real decreto se incluya un artículo dedicado a la vigilancia de reacciones adversas, sin que el cigarrillo electrónico tenga consideración de medicamento, "refleja la falta de garantías que ofrece este producto de consumo para combatir el tabaquismo".
Y ve contradictorio que el proyecto prohíba su publicidad como elemento para dejar de fumar o sobre su inocuidad, negando sus beneficios para la salud, pero admita su comercialización en las farmacias, que son establecimientos de salud.
Por tanto, "hoy por hoy, y a falta de datos sobre su seguridad y evidencia científica", la SEFAC advierte de que el cigarrillo electrónico está planteado como una alternativa al tabaco, y, por tanto, consideran que debe ser tratado de la misma manera que el tabaco en cuanto a su consumo, distribución y promoción.
La SEFAC recuerda que organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) no permiten publicitar este producto como instrumento para dejar de fumar; que este producto perpetúa el hábito 'mano-boca' que puede dificultar el abandono del tabaquismo; y que puede fomentar el hábito de fumar entre las personas más jóvenes.
En definitiva, concluyen, "la venta de cigarrillos electrónicos en farmacias,(...), no es propio de los servicios que caracterizan un centro sanitario como la farmacia comunitaria", donde sus profesionales, en coordinación con otros sanitarios, contribuyen "decisivamente a ayudar a los fumadores a dejar el tabaco con éxito", con el consiguiente beneficio para su salud.