MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Asamblea General de los Colegios de Farmacéuticos han aprobado este miércoles el nuevo Código de Deontología de la Profesión Farmacéutico, que renueva el que hasta ahora estaba vigente desde 2000 y será de obligado cumplimiento para estos profesionales. Entre sus novedades está la incorporación de la formación continuada como "deber ético" y varios aspectos relacionados con la publicidad o la objeción de conciencia.
El objetivo de este nuevo documento, que consta de 14 capítulos y 54 artículos, es complementar la normativa legal para garantizar la calidad en la atención y el mantenimiento de los principios éticos profesionales que la sociedad demanda a la profesión farmacéutica, así como su compromiso con la mejora de la salud y la calidad de vida de los ciudadanos.
"Supone un ejercicio de Buen Gobierno y transparencia, en el marco de la Responsabilidad Social de la Profesión Farmacéutica", ha destacado el presidente del Consejo General, Jesús Aguilar, tras la aprobación.
Entre sus novedades, el nuevo código incluye la formación continuada como un deber ético de los farmacéuticos, y el compromiso de la organización farmacéutica colegial de facilitar su acceso. Asimismo, contempla también el secreto profesional, la independencia en el ejercicio y la obligación de establecer una comunicación cercana que promueva la humanización en el trato con los pacientes.
En cuanto a la objeción de conciencia, se reconoce expresamente como derecho del farmacéutico, siempre que quede garantizado el derecho de los ciudadanos a la protección de su salud y de acceso a los medicamentos, adaptándose así a la jurisprudencia que se ha ido generando en los últimos años.
El código incluye también las pautas para garantizar la calidad de los Servicios Profesionales y el uso adecuado del historial farmacoterapéutico, e introduce la deontología en el uso de las nuevas tecnologías, en los medios de comunicación, en Internet y redes sociales, con la obligación de evitar lanzar mensajes de modo indiscriminado que puedan despertar alarma social o siembren confusión o dudas respecto a la salud o la prevención.
El documento se ha elaborado en un proceso participativo en el que se han recibido más de 250 alegaciones o comentarios que se han analizado, incorporando al máximo las nuevas redacciones propuestas.