BARCELONA, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una compañía farmacéutica española podría fabricar el próximo año la 'polipíldora' contra el infarto que aglutinaría los principales fármacos que debe tomar una persona con problemas de corazón en un sólo formato, según anunció el cardiólogo y presidente de la Federación Mundial del Corazón, Valentí Fuster.
Según Fuster, "se trata de un proyecto de investigación para intentar que la gente tome las medicaciones", porque, en su opinión, son "muy pocos" los que siguen las indicaciones recomendadas por los médicos después de un año de sufrir un infarto.
Esta falta de control se da, especialmente, en los países con una "densidad de población muy alta", como es el caso de China. No obstante, se trata de una situación "generalizada" en todo el mundo, explicó.
A menudo, "las personas con problemas de corazón tienen que tomar entre tres y cuatro pastillas durante el día", lo que facilita una falta de adhesión al tratamiento. Otro de los problemas que quiere resolver esta píldora es el del coste, ya que "las enfermedades del corazón son muy caras".
MENOS COSTE DE LA MEDICACIÓN
Según explicó Fuster, esta medicación supondría una cuarta parte del coste que actualmente se gastan los enfermos del corazón para seguir su tratamiento. Mayor importancia si cabe tiene esta píldora para los países en vías de desarrollo, que registran el 80% del total de muertes por estas dolencias en el mundo.
Anunció que la 'polipíldora' podría llegar al mercado español antes de 2009 o 2010, junto al mercado chino e indio, como primeros países en ser dispensada. En 2007, se harán los estudios químicos para unir los distintos fármacos y el año siguiente se prevé comprobar su eficacia.
Actualmente, el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de Madrid impulsa el desarrollo de esta píldora para la prevención cardiovascular y que está previsto que sólo se tenga que consumir una vez al día.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se ha mostrado interesada en el desarrollo de este descubrimiento. El proyecto cuenta con el apoyo de la Federación Mundial del Corazón, así como de la Fundación Rockefeller y de la Iniciativa Global Clinton.
Valentí Fuster hizo estas declaraciones en el marco del Congreso Mundial de Cardiología, que se celebra en Barcelona desde ayer y hasta el próximo martes con más de 30.000 participantes de todo el mundo.