Faltan 4 millones de médicos, enfermeras y personal sanitario en todo el mundo, según la OMS

Actualizado: lunes, 22 octubre 2012 15:34

MADRID 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

Actualmente, en el mundo faltan hasta 4 millones de médicos, enfermeras y otro personal sanitario, según ha señalado la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la doctora Margaret Chan, quien entiende que esta escasez podría afectar directamente a la calidad y seguridad de la atención del paciente.

Así lo ha señalado este lunes durante su discurso de apertura de la 29ª Conferencia Internacional de la Sociedad Internacional para la Calidad en la Atención de la Salud que se está celebrando en Ginebra (Suiza), y donde se ha comprometido a "con el avance seguro y de alta calidad de la atención clínica de todos los pacientes, ricos y pobres, ahora y en el futuro".

A su juicio, la atención clínica del paciente "está alcanzando nuevas alturas", por lo que ha confirmado que La seguridad del paciente está en la agenda de la Junta Ejecutiva del próximo año y de la Asamblea Mundial de la Salud. Y, en este sentido, ha señalado que en su abordaje hay que tener en cuenta que la seguridades un objetivo complejo multifacético que requiere un enfoque múltiple.

"Al igual que cualquier otra disciplina joven, la seguridad del paciente se enfrenta a desafíos. Estos incluyen la necesidad de cambiar los comportamientos humanos, y la renuencia de los médicos a reconocer los errores, de su parte o la de otros", ha señalado Chan, no sin antes recordar ", auque "errar es humano", hay que recudir el número y la gravedad de los que se producen.

Y, en este sentido, ha destacado aquellos "atroces e imperdonables", como equivocarse en una cirugía o en la asignación de padre a un recién nacido, que "manchan la imagen de la salud"; y aquellos, "menos sensacional, mucho más comunes" como las prácticas de prescripción errónea.

"Lo desconcertante es que los mismos errores siguen ocurriendo una y otra vez. Esto dice mucho acerca de la imperiosa necesidad de hacer de la seguridad del paciente una prioridad para cualquier sistema de salud que funcione bien", ha añadido.

A su juicio, estos errores van más allá de la falta de profesionales sanitarios, tiene mucho que la necesidad de atención es cada vez mayor en un mundo, ya que las enfermedades crónicas no transmisibles están aumentando en todas partes, lo que significa que "cada vez más personas que necesitan cuidados a largo plazo si no de toda la vida".

Así, la dirigente de la OMS apuesta por esta disciplina "joven" pero que "un atractivo político y tracción popular" que, añade, "favorece la rendición de cuentas" públicamente; además, entiende que su mejora no tiene porque pasar por el aumento del gasto, ya que "medidas para mejorar la seguridad de los pacientes son a menudo simples y de bajo coste".

Concretamente, recuerda que documentar los costes muestra la magnitud del problema. Como ejemplo ha destacado el brote de meningitis que está afectando a varios estados de los EE.UU., vinculado a fármacos contaminados con esteroides, que ha puesto en riesgo a 14.000 pacientes. Un problema, que más allá de las muertes ya causadas, tiene un efecto económico sobre los pacientes y los proveedores, a corto y a largo plazo, por posibles discapacidades, retirada del mercado de productos contaminados, demandas por negligencia, etc.

"ERRAR ES HUMANO"

Una resolución aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en 2002 elevó la seguridad del paciente a nivel de una prioridad global para la mejora de la calidad de la atención clínica y el fortalecimiento del desempeño de los sistemas de salud. En esa resolución se reconoce la seguridad del paciente como un principio fundamental de todos los sistemas de salud.

"Los pacientes, en los países ricos como en los pobres, necesitan y esperan la atención clínica de calidad", ha explicado, para cerrar su discurso afirmando que "en la atención clínica, las cosas van a salir mal. Errar es humano. Algunos de los errores médicos son imperdonables; otros son más comprensibles", pero "todos ellos pueden ser tratados".

Buscando soluciones mundiales su recomendación pasa por avanzar aprendiendo "unos de otros, con los ojos claramente en los pacientes"; buscando "enfoques de arriba hacia abajo y de abajo arriba", donde se trate también el papel de la educación profesional en la reducción de errores, y la importancia de las expectativas y experiencia de los pacientes.

Por encima de todo, añade, hay que normalizar e institucionalizar medidas de protección y prevención, ya sea a través de políticas, de la acreditación y la regulación, o prácticas en hospitales, consultas médicas, farmacias y hogares.