MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Pagar por la atención sanitaria provoca que 150 millones de personas al año se queden en "ruina financiera", mientras que 100 millones caen por debajo del umbral de la pobreza, según ha denunciado el presidente de Medicusmundi, Eduardo García Langarica, a través de un artículo de opinión con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra este domingo 7 de abril.
"La cobertura sanitaria universal es literalmente una cuestión de vida o muerte para muchas personas que carecen de cobertura sanitaria. Además, esto también puede marcar la diferencia entre la supervivencia financiera y la miseria. La necesidad de pagar la atención sanitaria en el momento de recibirla disuade a muchas personas de acudir a los servicios sanitarios y, además, provoca la ruina a millones de familias cada año", critica García Langarica.
El presidente de la ONG sanitaria lamenta que, "hoy todavía", la pobreza "sigue siendo la primera causa de enfermedad y muerte en el mundo", y que las desigualdades de todo tipo (económicas, educativas o sociales) son la "primera causa de diferencias sangrantes en el nivel de salud, en la esperanza de vida al nacer (hasta 10 años de un barrio a otro de la misma ciudad), en la salud percibida o en el acceso a atención sanitaria".
En este punto, reivindica el papel de la Atención Primaria dentro de los cuidados del sistema, ya que "tener un médico de familia es un factor protector para la salud". "Los sistemas sanitarios basados en una atención primaria universal, bien organizada y con recursos humanos bien formados tienen resultados en salud mejores que los sistemas orientados hacia la atención hospitalaria y superespecializada", apostilla. Así, apuesta por que la Atención Primaria sea "el eje" de los sistemas sanitarios públicos, "y no solo la puerta de entrada".
"Todas las personas en este mundo globalizado tenemos los mismos derechos. Las naciones, en la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), se comprometieron a no dejar a nadie atrás y, en materia de salud, esto debe suponer, en primer lugar, cooperar para promover, en todos los países y para todas las personas, el mayor nivel de salud posible; y en segundo lugar, facilitar la financiación de la salud en cada país; y a nivel global con políticas fiscales internacionales justas y solidarias", concluye.