MADRID 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADPS) ha avisado de la discriminación que supone que no se repatríe a otros españoles que necesitan atención sanitaria, después de que se haya traído a España a Miguel Pajares, el sacerdote español infectado por ébola, y a la hermana Juliana Bohi.
Además, la organización ha lamentado que hayan trasladado a estos dos religiosos al Hospital Carlos III de Madrid sin que se hayan "subsanado" parte de las "insuficiencias" y ha criticado que se haya dejado todo un hospital para atender a dos personas, en un contexto en el que se están produciendo "drásticas reducciones" de camas en los hospitales públicos de Madrid.
Un hecho que, a su juicio, "agravará" el déficit de los hospitales y los "problemas asistenciales" ya detectados en otros enfermos, lo cuales tienen, "al menos en teoría", los mismos derechos a una atención sanitaria de calidad.
"Entendemos que debe garantizarse la atención sanitaria de calidad a todo la ciudadanía, sin discriminaciones y utilizando medios proporcionados a las necesidades de salud, que deberían de dimitir quienes pretendieron cerrar este centro que hoy se demuestra imprescindible para responder a los retos sanitarios, que se debe garantizar que cuenta con los medios apropiados, humanos y tecnológicos, para atender a estos enfermos y para garantizar la seguridad del resto de la población, y que las autoridades sanitarias o en su defecto el Gobierno debería de hacer las gestiones pertinentes para articular una respuesta coordinada de la UE ante estos problemas de salud", ha zanjado.