MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
El consumo de tabaco está directamente relacionado con el cáncer de pulmón pero hasta uno de cada cuatro casos se detectan en personas que nunca han fumado, en los que la exposición al gas radón es el principal factor de riesgo para el desarrollo de estos tumores.
Así lo asegura la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que ha realizado un estudio que muestra como este riesgo se va incrementado en individuos expuestos a concentraciones superiores a 200 Bq/m3, en comparación a aquellos expuestos a menos de 100Bq/m3.
De hecho, la neumóloga María Torres presentará en el 47 Congreso de SEPAR que se celebrará en julio en Bilbao los datos de este estudio que, además, demuestra que la exposición al humo del tabaco producida durante la convivencia con fumadores en el domicilio podría aumentar aún más el riesgo de sufrir tal enfermedad en individuos con exposiciones a radón por encima de los 200Bq/m3.
"Nuestros resultados indican que puede haber un efecto sinérgico entre la exposición a radón residencial y el tabaquismo pasivo. Desde el punto de vista biológico es plausible la interacción entre ambos factores de riesgo, ya que los mecanismos carcinogénicos son diferentes para cada uno de ellos", ha explicado Torres.
El estudio también demuestra que esta sinergia repercute de forma negativa especialmente en individuos nunca fumadores, ya que cuando la convivencia con fumadores fue menor de 35 años el riesgo registrado fue de 3,25. En cambio, cuando el periodo de convivencia fue superior a 35 años el riesgo se incrementa hasta 4,18.
Todas estas conclusiones se extraen de un estudio multicéntrico de casos y controles de base hospitalaria en el que han participado ocho hospitales del noroeste de España (siete en Galicia y uno en Asturias), que incluyeron todos los casos de cáncer de pulmón diagnosticados en pacientes nunca fumadores entre enero 2011 y junio 2013.
"A todos los pacientes de la investigación se les realizó una entrevista personal sobre su estilo de vida. Asimismo, pudimos recoger información detallada sobre la exposición a humo ambiental de tabaco", ha explicado Torres.
Para poder comprobar la exposición se les entregó a todos los pacientes un detector de radón para instalar en su domicilio durante al menos tres meses. "Los resultados nos sirven para mejorar el abordaje de la enfermedad y para poder establecer protocolos de prevención en regiones con elevadas concentraciones de este gas", añade la especialista.
Aunque en esta ocasión se han centrado en la exposición al radón residencial, ya que es uno de los más dañinos, la experta apunta que también existen otros factores destacables como la exposición laboral a carcinógenos, el tabaquismo pasivo o incluso determinadas actividades de ocio, "como el bricolaje o la restauración de muebles".