MADRID 19 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los niños que han sido expuesto al pesticida organofosfato mientras su madre estaba embarazada de ellos tiene un mayor riesgo de desarrollar problemas de atención años después, según ha concluido un estudio de la Universidad de California Berkeley, Estados Unidos, y publicado en 'Environmental Health Perspectives'.
Los resultados de la investigación han determinado que los niveles prenatales de metabolitos de organofosfatos están relacionados con el desarrollo de problemas de atención al llegar a los cinco años, con efectos más fuertes entre los chicos.
Este año, otra investigación de la Universidad de Harvard ya había asociado la exposición a este plaguicida con la aparición de síntomas de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). El estudio actual aporta nuevas evidencias de cómo los organosfosfatos pueden afectar al neurodesarrollo humano, ha explicado la principal investigadora, Brenda Eskenazi, que ha subrayado que se han centrado en el período prenatal porque es cuando se desarrolla el sistema nervioso de los niños.
Para ello, siguieron la evolución de 300 niños que participan un estudio del Center for the Health Assessment of Mothers and Children of Salinas (CHAMACOS), en el que Eskenazi analiza la influencia de la exposición ambiental en la salud reproductiva. Los participantes, de origen mexicano y que viven en comunidades agrícolas, tienen una exposición mayor a los pesticidas que la media de la población estadounidense.
La investigadora ha subrayado que los pesticidas examinados tienen un uso muy extendido, por lo que una de las intenciones del estudio es alertar de la necesidad de tomar medidas de precaución. Así, ha recalcado que la comida es una de las principales fuentes de exposición a los pesticidas entre la población general, por lo que ha recomendado "lavar las frutas y verduras a conciencia antes de consumirlas, especialmente en el caso de las embarazadas".
PUEDEN ALTERAR LA CAPACIDAD DE ATENCIÓN Y LA MEMORIA A CORTO PLAZO
En el caso de los organosfosfatos, éstos actúan alterando los neurotransmisores, particularmente la acetilcolina, que tiene un papel fundamental en la capacidad de mantener la atención y en la memoria a corto plazo.
La directora del estudio, Amy Marks, de UC Berkeley, ha explicado que estos pesticidas están diseñados para atacar los sistemas nerviosos de los organismos, de ahí la razón por la que la exposición puede ser dañina en periodos críticos del desarrollo de los fetos y los niños".
En el estudio, buscaron seis metabolitos de organofostatos durante el embarazo y en los niños durante varias veces después de su nacimientos.
Después, cuando los niños tenían 3 años y medio y 5 analizaron el desarrollo de síntomas de TDAH y de otros trastornos de comportamientos, mediante una serie de test, así como entrevistas sobre el comportamiento con sus madres. Igualmente, se tuvieron en cuenta factores como el peso al nacer, la lactancia y la exposición al plomo.
Por cada aumento de diez metabolitos de pesticida en el perído prenatal, los investigadores han asociado una posibilidad cinco veces mayor de tener una puntuación elevada en los test realizados a los cinco años, un efecto que además se ha visto incrementado en los chicos.
Aunque se vio una relación positiva en el caso de los niños de tres años y medio, no fue significativa estadísticamente, dado que según ha explicado Marks, "los síntomas de trastornos de atención son más difíciles de localizar en niños pequeños, de hecho el diagnóstico se suele hacer cuando están ya en el colegio".
Este estudio añade a la lista de agresiones químicas que se han relacionado con el TDAH durante los últimos años, como es el caso de los ftalatos, que se usan habitualmente en juguetes y plásticos.
En esta investigación se ha encontrado además que los niños que tenían un tipo de rasgos genéticos podían tener mayor posibilidad de riesgo. En concreto, los niños de dos años con niveles bajos de paraoxonase 1 (PON1), un tipo de enzima que elimina la toxicidad de los metabolitos de los organofosfatos, tienen mayores retrasos de neurodesarrollo que los que cuentan con niveles normales de esta enzima. Los autores creen que las personas con alguna clase de genotipos de PON1 podrían ser particularmente vulnerables a la exposición a los pesticidas.