MADRID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
La exposición a nuevas experiencias mejora la memoria, según un estudio del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) que se publica en la revista 'Neuron'. El estudio concluye que cuando se presentan circunstancias completamente nuevas durante el aprendizaje mejora el funcionamiento de la memoria. Los resultados podrían utilizarse en un futuro tratamiento para problemas de memoria.
Los expertos explican que una zona del cerebro medio, la sustancia negra y el área ventral tegmental, responsable de la motivación y el procesamiento de las recompensas, responde mejor ante las novedades que ante lo ya conocido. Este sistema también regula los niveles de dopamina, un neurotransmisor del cerebro, y podría participar en el aprendizaje. Esta asociación entre memoria, novedad, motivación y recompensa podría ayudar a pacientes con problemas de memoria.
Emrah Düzel, uno de los autores del estudio, explica que la práctica actual lleva a los especialistas a intentar mejorar la memoria de los pacientes con exposiciones repetidas a la misma información, cuando en realidad los resultados de la investigación muestran que la revisión de información es más eficaz si se mezclan nuevos datos con los antiguos.
Los investigadores creen que las experiencias nuevas en sí mismas tienen un impacto sobre los niveles de dopamina. Su nuevo proyecto es evaluar el papel de la dopamina en el aprendizaje. Estos descubrimientos podrían tener implicaciones en el desarrollo farmacológico, señalan.
Los sujetos participantes tomaron parte en una serie de pruebas. El primer experimento evaluaba si el cerebro prefería los estímulos nuevos en vez de los familiares incluso cuando las imágenes familiares se vuelven significativas porque o son raras o tienen un contenido negativo emocionalmente. Se mostró a los individuos imágenes de escenas interiores y exteriores así como caras, mientras que la actividad del cerebro se analizó utilizando un escáner de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf). Ni siquiera las imágenes raras o emocionales activaron el cerebro medio, esta zona sólo respondió ante las imágenes nuevas.
El segundo experimento, utilizando también IRMf, convirtió a algunas imágenes en más o menos familiares para probar cómo afectaban a la actividad cerebral. No se produjeron efectos sobre el cerebro, sólo las imágenes completamente nuevas produjeron actividad en el cerebro medio.
Los investigadores también realizaron experimentos de conducta en los que se presentaban a los sujetos imágenes nuevas, familiares y muy familiares y se evaluaba su recuerdo después de 20 minutos y un día después. Los individuos realizaban mejor las pruebas de memoria cuando la nueva información se combinaba con la información familiar durante el aprendizaje. Después de un lapso de 20 minutos, la memoria de los individuos sobre información ligeramente familiar aumentó en un 19 por ciento si ésta se había mezclado con nuevos datos durante las sesiones de aprendizaje.
Según señala Düzel, "cuando vemos algo nuevo consideramos que tiene un potencial de recompensa en algún sentido, un potencial que subyace a las cosas nuevas y nos motiva a explorar nuestro entorno en busca de incentivos. El cerebro aprende que los estímulos, una vez que son familiares, no poseen beneficios asociados y pierden su potencial. Por esta razón, sólo los objetos completamente nuevos activan el cerebro medio y aumentan nuestros niveles de dopamina".