SANTANDER, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
En los trastornos alimentarios "siempre subyace un ámbito familiar desfavorable" y, a menudo, hay familias "que no saben abordar el tema" y se "niegan a reconocer que tienen un enfermo psiquiátrico en casa", según afirmó hoy en Santander Ana Sastre, profesora coordinadora de Nutrición de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
En declaraciones a Europa Press, Sastre, quien participó en la Escuela de Nutrición 'Francisco Grande Covián', que se celebra estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, consideró, no obstante, que "es muy difícil" el "culpabilizar o a la familia o al paciente".
Explicó también "que muchas veces" estas enfermedades "no te las puedes explicar" porque "la familia parece muy normal" y "no parece que haya conflictos". En este sentido, señaló que "al principio hablas con una anoréxica y parece que todo va sobre ruedas y no hay problemas", si bien "si se consigue intimar un poco con ella, aparece que o su padre, o su madre, o sus hermanos, o su novio..., es decir, un conflicto grande".
Esta experta indicó que las familias, a menudo, "no saben cómo abordar el tema" e, incluso se "niegan a reconocer que tienen un problema psiquiátrico". "Todo lo interpretan como que (a las enfermas) les ha dado por 'la tontería' de adelgazar, y pasan por todo menos por reconocer que tienen una hija con un problema psiquiátrico", lamentó Ana Sastre, quien enfatizó que estos trastornos "siguen pareciendo un estigma".
'ES UNA ENFERMEDAD PSIQUIÁTRICA'
La profesora dejó claro que estos trastornos "son psiquiátricos" aunque "con un desencadenante social y familiar muy intenso". A su juicio, en estos casos la nutrición "lo único que hace es coadyuvar, e ir detrás aconsejando", pero el tratamiento "es psiquiátrico" y "no de un psiquiatra cualquiera, aunque sea muy afamado".
De este modo, señaló que en estos tratamientos se precisa "una unidad enfocada a estos trastornos", algo que "no es nada fácil", reconoció.
No obstante subrayó que la Sanidad Pública "va a estar preparada" para afrontar el tratamiento de estos pacientes, dado que, según explicó, ya se está trabajando en el Parlamento en una normativa que recoge la creación de unidades de atención para anorexia, bulimia y trastornos alimentarios que "son una epidemia".
Según dijo, la prevalencia de estas enfermedades no sólo no ha decrecido "sino que sigue aumentado", lo que achacó en parte a la "presión social enorme" y a los "modelos televisivos", que presentan la delgadez como "canon absoluto de la belleza en el siglo XXI".
En relación con esta idea, criticó "lo bochornoso" que es la "manipulación" de alimentos "suprimiendo calorías", por parte de las industrias que "se están poniendo las botas", comentó.
SECUELAS
Esta especialista aludió a la "paradoja extraña" de los trastornos alimentarios, en los que "las (personas) que se curan no quieren volver a lo mismo jamás" mientras que, por otro lado, quienes están inmersas en este problema "parece que rechazan cualquier maniobra para sacarlas de ese conflicto".
Indicó que, en términos generales, un 50% de los enfermos pueden llegar a curarse, frente a un 20% que puede "mejorar considerablemente" y un 30% que "ni se cura ni mejora". Añadió que las secuelas de estos trastornos son "terribles", ya que "se entra en una desnutrición absoluta".
"Cualquier enfermedad o infección les puede coger totalmente indefensos y esto puede llegar incluso a la muerte", subrayó esta profesora, quien resaltó que, con frecuencia, las personas enfermas son "listísimas" y poseen "una capacidad de manipulación fuera de lo común".