MADRID 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
La crioablación es una técnica avanzada para el tratamiento de la fibrilación auricular no persistente (paroxística), en la que la fuente de energía aplicada es el frío y no el calor. Esta técnica, según señalan expertos de la Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra, es un tratamiento "sencillo y rápido".
Esta unidad, integrada por los doctores José Ignacio García Bolao y Naiara Calvo Galiano, ha incorporado recientemente un equipo específico para emplear la crioablación en este tipo de arritmias, ya que "el tratamiento se realiza por congelación, en un solo impacto de energía, y de una manera más eficaz".
Las ventajas que aporta al paciente la técnica con crioablación, respecto a la ablación con radiofrecuencia, residen en una mayor rapidez y sencillez del procedimiento. Además, destaca Calvo, "para realizar esta técnica no es precisa la utilización de sistemas de navegación no fluoroscópica, como ocurre con la radiofrecuencia, necesarios para conocer con exactitud el lugar donde se debe hacer la ablación. Es suficiente un sistema de escopia".
La necesidad de una única punción transeptal en la vena femoral y no dos, como habitualmente ocurre con la radiofrecuencia, es otro de los beneficios que ofrece. Además, el ingreso hospitalario medio es de tan sólo 48 horas, el mismo que con el procedimiento convencional, y se realiza bajo sedación superficial, sin necesidad de anestesia general.
"El porcentaje de éxito con el tratamiento de la fibrilación paroxística mediante crioablación es igual o, incluso mejor, que el obtenido con el sistema tradicional de radiofrecuencia, pero es notablemente más sencillo y rápido, por lo que es aplicable a un gran número de pacientes", añade García Bolao.
Hasta ahora, el método convencional consistía en aplicar impactos de radiofrecuencia punto a punto en todo el perímetro de las venas pulmonares, lugar donde se origina la arritmia. Con las pequeñas lesiones (ablaciones por radiofrecuencia) realizadas alrededor de dichos vasos sanguíneos se consigue interrumpir el paso del impulso eléctrico, responsable de la contracción irregular, desde las venas pulmonares hasta las cavidades cardiacas (aurícula izquierda).
La fibrilación auricular paroxística es la arritmia sostenida más frecuente y se caracteriza por la descoordinación del ritmo de contracción de la aurícula, lo que puede provocar trombos y embolias y desencadenar, por tanto, complicaciones cardiovasculares importantes.