MADRID 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 50 por ciento de las mujeres que presentaron lesiones premalignas de alto grado tras un cribado por el virus del papiloma humano (VPH) tenían entre 20 y 34 años y el otro 50 por ciento eran mujeres con edades comprendidas entre 35 y 64 años, lo que viene a demostrar que la vacunación frente al cáncer de cérvix beneficiaría a todas las mujeres sexualmente activas independientemente de su edad.
Los dos principales factores determinantes de la infección por el VPH son la edad y la actividad sexual. La prevalencia de infección por el VPH es más alta en las edades inmediatas al inicio de las relaciones sexuales, entre los 15 y 25 años de edad; posteriormente se produce una disminución muy marcada, entre los 25 y 40 años para estabilizarse a partir de esta edad.
Sin embargo, se ha demostrado que la persistencia de la infección por VPH, requisito indispensable para desarrollar lesiones precursoras o cáncer de cérvix invasor, se incrementa con la edad porque la capacidad de respuesta inmune del organismo al VPH va disminuyendo.
Los datos, recogido desde 2005 a principio de 2013 en la unidad de Patología Cervical del Complejo Hospitalario de Ávila, han sido presentados por el ginecólogo de esta unidad, el doctor Carlos de Grado, durante el II Foro de Prevención de Cáncer de Cérvix de Castilla y León.
El estudio, destaca de Gradi, también "alerta sobre el grupo de edades entre 20 y 25 años en que se encuentran un 13 por ciento de todas las lesiones de alto grado detectadas, y que ahora quedan excluidas, en parte, en el programa de cribado".
Los últimos datos sobre la eficacia de la vacunación frente al VPH en mujeres tratadas por lesiones precancerosas, confirman la reducción del riesgo de nuevas lesiones postratamiento entre las mujeres previamente vacunadas respecto al grupo control.
Por eso, ha incidido, en que "a todas las mujeres con lesión se les recomienda la vacunación porque está demostrado que estas mujeres tienen más posibilidades de volverse a infectar".
Esta información es relevante, ya que las mujeres con lesiones cervicales son un subgrupo especialmente susceptible, respecto a la población general, de sufrir nuevas lesiones o carcinoma invasivo, incluso mucho tiempo después del tratamiento. Por tanto, la vacuna frente al cáncer de cérvix administrada antes, durante o después del tratamiento específico puede suponer un beneficio adicional a dicho tratamiento, reduciendo el riesgo de recidiva entre estas pacientes, cuya única alternativa hasta ahora había sido el seguimiento intensivo.
COSTE-BENEFICIO DE LA VACUNACIÓN
En estos momentos, una de las barreras es el coste de la vacunación, en este sentido el jefe de Sección del Hospital Río Hortega de Valladolid y catedrático de Microbiología, el doctor José María Eiros Bouza, ha señalado que el análisis de la evaluación económica de la intervención asociada a la vacunación arroja en términos económicos un beneficio superior a la asistencia de la patología que ocasionaría el VPH".
Eiros presentó un modelo aplicado a la realidad de Castilla y León, si bien aclaró que el panorama no es específico de esta comunidad, "en el que la vacunación de mujeres previamente tratadas por lesiones de tipo carcinoma 'in situ' repercute en la reducción de nuevas lesiones y de los costes asociados a su potencial tratamiento".
Por último, ha apuntado "la necesidad de un esfuerzo equilibrado en las políticas de vacunación y reclamó la cultura del conocimiento como motor de la asistencia basada en resultados objetivables".