MADRID 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las novedades introducidas en los dispositivos y materiales necesarios para la cirugía que repara el prolapso de suelo pélvico hacen que estas intervenciones sean mínimamente invasivas y aptas para cualquier edad, por lo que según los expertos, es la mejor solución ante esta patología.
El urólogo del Hospital USP San Camilo, el doctor Juan Evangelista Ruiz de Burgos, ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que "se cree que a partir de determinada edad las pérdidas de orina son normales, pero es una equivocación, no es normal perder la orina" por lo que el experto apuesta por "una intervención sencilla que acaba con el problema antes de ponerse pañales de por vida".
El suelo pelviano es un conjunto de músculos, ligamentos, tejido conectivo y nervios que permiten el soporte y control del útero, la vagina, la vejiga urinaria, la uretra y el recto. El prolapso pélvico consiste en un debilitamiento del suelo pélvico hasta que se llega a provocar un descenso o descolgamiento aislado o en conjunto del recto, vejiga y/o útero por debajo de su posición normal, presionando sobre las paredes de la vagina hasta llegar a provocar un abultamiento que en la mujer se nota incluso de manera externa.
Los principales factores que favorecen el desarrollo de un prolapso pélvico son dar a luz, sobre todo si se trata de niños de un peso elevado o los partos múltiples, la menopausia, el estreñimiento crónico, determinados trabajos y enfermedades, además de factores genéticos.
Según Ruiz de Burgos, una vez que ha comenzado a desprenderse el suelo pélvico, "se indica un tratamiento conservador, es decir, basado en ejercicios específicos y técnicas físicas de recuperación que ayudan a fortalecer la musculatura pélvica". Para ello, el experto considera "esencial" que haya un diagnóstico claro del debilitamiento para llevar a cabo los ejercicios puesto que "es interesante que se hagan porque con ellos, la posibilidad de que vaya a más, va a disminuir", explica.
El doctor no tiene dudas en afirmar que "cuando está establecido el prolapso lo ideal es operarse". Asegura que "actualmente las ténicas quirúrjicas son menos invasivas y mejor toleradas". Además, Ruiz de Burgos explica que "por mucho fortalecimiento que se quiera hacer del suelo pélvico es complicado conseguir mejoría porque siempre, una vez delcolgado, el proceso va a ir en aumento con el paso del tiempo, ya que se va a perder tonicidad muscular y niveles hormonales, factores que van a ir agravando el cuadro".
AFECTACIÓN A LA VIDA DIARIA DE LA MUJER
El prolapso pélvico predispone a las mujeres a una serie de circunstancias que dificultan su rutina diaria y suponen una pérdida de su calidad de vida. En función de la zona del suelo pélvico que se desprenda, la mujer tendrá unos problemas u otros.
Si el desprendimiento afecta únicamente a la vejiga, se alterará la dinámica de la micción porque tendrán retenciones de orina o cuando vayan a orinar tendrán sensaciones de micción inadecuadas que le originarán la necesidad de miccionar con urgencia. En estos casos, pueden presentar incluso infecciones debido a la orina que se acumula y no se elimina adecuadamente.
Además, cuando se altera el tono del esfínter uretral, la musculatura se puede relajar provocando la "incontinencia pura de orina" o de esfuerzo, que les generará pérdidas de orina al realizar pequeños esfuerzos como los que se originan al toser o al reír.
Por su parte, si se descuelga el recto, la mujer presentaría problemas de tipo intestinal. Concretamente, tendría alteraciones para la retención normal de las heces lo que podría provocarle el estreñimiento.
En aquellos casos en los que se desprende la matriz, el útero, aparece un bulto que puede ser visible incluso desde el exterior y que, según reconoce el experto, "complica la vida de la mujer, porque siente ese bulto continuamente y, para aquellas que tienen una vida sexual activa, independientemente de la edad, sus relaciones sexuales serán incómodas para ella y para el varón, llegando a cesar incluso estas relaciones".
LA INCONTINENCIA URINARIA EN VERANO
La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina sin control del llenado y vaciado de la vejiga urinaria, existiendo a veces un fuerte deseo de orinar.
Durante el verano, esta pérdida involuntaria de orina se convierte en un problema que afecta más si cabe a las mujeres en esta época del año. Estar más horas fuera de casa, viajar más y las situaciones incómodas como las inmersiones acuáticas, pueden suponer serias trabas a las mujeres que padecen esta patología para disfrutar de las vacaciones.
Ruiz de Burgos explica que la incontinencia urinaria durante la época estival supone sobre todo un problema psicológico. "Afecta mucho porque se le puede ver el bañador manchado, resulta difícil usar pañales y la orina que se pierde se vierte en el agua de la piscina o en el mar, algo que no es muy higiénico".
Además, "las personas que tienen este tipo de problemas no tienen relaciones sexuales porque incluso pueden orinarse durante el acto sexual, lo que ocasiona una sensación incómoda, de vergüenza, difícil de superar para algunas personas".