MADRID 27 May. (EUROPA PRESS) -
Recientes estudios han demostrado que, a pesar de los grandes avances surgidos en los últimos 30 años, a nivel farmacológico la insuficiencia cardiaca había llegado a un horizonte infranqueable, por ello ya se están buscando nuevas medidas para bloquear el sistema simpático y el sistema renina angiotensina que se esperan para los próximos cinco años.
Esta ha sido una de las principales conclusiones del Mount Sinaí Experience, un curso extramural, en el que reconocidos expertos en la materia intercambian experiencias, celebrado en Nueva York (EEUU), y que ha contado con la participación de casi un centenar de expertos en cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
Uno de los temas abordados durante la reunión ha sido el tratamiento de la insuficiencia cardiaca ya que constituye uno de los mayores retos de la cardiología actual. Esta enfermedad causó en 2011 más de 37.000 muertes en España, muchas de ellas en pacientes óptimamente tratados, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Para ello, se están buscando nuevas vías que controlen las alteraciones del metabolismo cardíaco de estos pacientes: mejorando la mala utilización del calcio por las células del corazón (lo que dificulta la relajación y contracción del corazón), optimizando el manejo de la energía (las células del corazón dependientes de la glucosa y los ácidos grasos), e impidiendo la muerte de las células del corazón (apoptosis).
Concretamente, están investigando nuevas vías que controlen las alteraciones del metabolismo cardiaco de pacientes con insuficiencia cardiaca, mejorando la mala utilización del calcio por las células del corazón, optimizando el manejo de la energía, e impidiendo la muerte de las células del corazón.
Estas nuevas dianas terapéuticas giran en torno a dos áreas concretas: la primera pretende impedir la formación de productos avanzados de glicación, y la segunda persigue conseguir un aumento de las hormonas beneficiosas que produce la grasa epicárdica que recubre el corazón y limitar la producción de las hormonas dañinas.
El presidente electo de la SEC, el doctor José Ramón González-Juanatey, ha destacado durante su intervención la imperiosa necesidad de investigación para encontrar nuevos fármacos que traten de manera eficaz a los enfermos de insuficiencia cardiaca (IC). Actualmente se están llevando a cabo varios ensayos clínicos que auguran la aparición de nuevas posibilidades terapéuticas para estos pacientes en aproximadamente unos cinco años, con el claro propósito de mejorar su calidad de vida y disminuir su riesgo de reingreso.
Recientes estudios han demostrado que incluso uniendo los actuales betabloqueantes con antihipertensivos, no se mejora el pronóstico de la insuficiencia cardiaca, "por lo que a nivel farmacológico hemos llegado a un horizonte infranqueable y debemos buscar nuevas medidas para bloquear el sistema simpático y el sistema renina angiotensina", explica González-Juanatey.
Estas nuevas dianas terapéuticas giran en torno a dos áreas concretas. La primera pretende impedir la formación de productos avanzados de glicación, tanto directamente como a través del bloqueo de sus receptores, para evitar el aumento de fibrosis en el corazón y las arterias, así como la vasoconstricción, la aterosclerosis o la formación de trombos.
La segunda persigue conseguir un aumento de las hormonas beneficiosas que produce la grasa epicárdica que recubre el corazón y limitar la producción de las hormonas dañinas como la leptina, la disfatina o las interleucinas. En este sentido, los enfermos de IC producen dos tercios menos de hormonas beneficiosas (adipoquinas) que una persona sana y por el contrario cuentan con una mayor actividad de hormonas destructivas.
Aunque el beneficio será global, los enfermos con diabetes (más de un tercio del total) serán el subgrupo que probablemente obtenga mejores resultados a partir de estos nuevos fármacos que se están investigando, pues tienen aún una mayor actividad de los productos de glicación y también presentan más actividad deletérea de la grasa.
La insuficiencia cardiaca es la patología cardiovascular que está incrementando más su incidencia y prevalencia, debido al envejecimiento de la población. Esta enfermedad impide que el corazón bombee suficiente sangre al organismo, lo que produce sensación de cansancio e incapacidad física para eliminar los desechos naturales, provocando la acumulación de líquido en los pulmones y en otras partes del cuerpo.
Aparece como consecuencia de un daño o un sobreesfuerzo acaecido en el corazón, como una enfermedad coronaria, un infarto de miocardio o hipertensión, o por el abuso de tóxicos como el alcohol o las drogas.
"Sin duda, la insuficiencia cardiaca es un asunto que preocupa tanto a investigadores como a clínicos en el ámbito de la enfermedad cardiovascular, más aún si tenemos en cuenta que se espera que aumente la incidencia debido al envejecimiento de la población y al aumento significativo de la mortalidad inmediata asociada al infarto agudo de miocardio", señala el jefe del laboratorio de Imagen en Cardiología Experimental del CNIC, el doctor Borja Ibáñez,
Por su parte, director general del CNIC y director del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai Medical Center de Nueva York, Valentín Fuster, ha destacado que "la investigación y su traslación a la práctica clínica es, sin duda, una de las claves para acabar con la epidemia cardiovascular que hace de este tipo de enfermedades la principal causa de muerte en todo el mundo".