MADRID 26 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo dirigido por la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Yolanda Sanz ha demostrado por primera vez la relación entre la microflora intestinal y la enfermedad celíaca, según un comunicado de este organismo.
Este hallazgo, que ha sido publicado en el último número de la revista 'GUT', ha demostrado que la microflora del intestino de los celíacos presenta una mayor concentración de bacterias potencialmente perjudiciales, bacteroides y enterobacterias, y una reducción de bacterias beneficiosas, como las bifidobacterias.
Asimismo, se han identificado factores de virulencia en enterobacterias que colonizan el intestino de los pacientes celíacos, que sugieren su participación en el proceso de patogénesis (origen y desarrollo) de la enfermedad celíaca, lo que se puede sumar a los efectos tóxicos del gluten.
Sanz (en la imagen) señaló que "el restablecimiento de la composición de la microflora intestinal tras la dieta sin gluten tan sólo es parcial, lo que demuestra que las alteraciones microbiológicas no son sólo una consecuencia secundaria del proceso inflamatorio asociado a la fase activa de la enfermedad".
Los investigadores han evaluado la capacidad del intestino delgado de los pacientes celíacos para degradar el gluten. Según explicó Sanz, "contrariamente a lo esperado, las muestras de duodeno de los celíacos mostraron mayor capacidad para degradar la gliadina, una de las proteínas que componen el gluten, que la de los individuos sin intolerancia al gluten, consecuencia de la actividad de la flora bacteriana de estos pacientes. Esta degradación parcial de la gliadina podría dar lugar a la generación de fragmentos peptídicos nocivos para el celíaco", añadió.
Investigaciones previas realizadas por el grupo de Sanz también demostraron que, antes y tras seguir una dieta exenta de gluten, la microflora de pacientes celíacos estimula la síntesis de moléculas pro-inflamatorias en células del sistema inmune en mayor grado que la de individuos sanos. Por tanto, el desequilibrio en el ecosistema intestinal podría favorecer el proceso inflamatorio asociado a la enfermedad en la mucosa intestinal del celíaco.
Junto al equipo de Sanz, del Instituto de Agroquímica y Tecnología deAlimentos del CSIC, en Valencia, han participado en el estudio investigadoresdel Instituto de Biología y Genética Molecular, centro mixto del CSIC y de la Universidad de Valladolid.