Expertos apuestan por la formación de los pediatras para atajar el problema de exposición a tóxicos de los niños

Actualizado: jueves, 2 noviembre 2006 15:00

MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -

Más de medio centenar de expertos reunidos en la IV Sesión del Seminario Salud y Medio Ambiente en Aragón 'Preparemos el futuro: ambientes saludables para la infancia', celebrado en Zaragoza entre los días 24 y 25 de octubre, coincidieron en destacar la importancia de la formación del personal sanitario, en especial de los pediatras, para abordar los problemas de salud derivados de la exposición a tóxicos de los menores y bebés, por ser "uno de los segmentos poblacionales más vulnerables de toda la sociedad ante las agresiones ambientales".

A su juicio, "la escasa o nula formación en salud ambiental pediátrica constituye una de las principales barreras para el desarrollo de estrategias y prácticas de prevención útiles en las consultas diarias de cara a abordar las complicaciones de salud en los bebés y niños por carencias en la dieta, calidad del aire o contaminación por tóxicos".

Según recordó el coordinador de la Unidad Pediátrica Especial sobre Salud Medioambiental del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia, Juan Antonio Ortega, el Plan de Acción de la Unión Europea sobre Medio Ambiente y Salud establece la necesidad de crear Unidades Pediátricas Ambientales. Actualmente, su hospital es el único centro en España con esta subespecialidad pediátrica que engloba el diagnóstico y tratamiento, y la detección y prevención de las enfermedades infanto-juveniles causadas por la exposición a los diversos agentes contaminantes.

Por su parte, la representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mari Noël, apostó también por la capacitación en el sector salud con el objetivo de aumentar las capacidades para el diagnóstico, prevención y manejo de las afecciones pediátricas vinculadas al Medio Ambiente.

Los asistentes, convocados por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón y Ecología y Desarrollo (ECODES) expusieron las implicaciones entre los factores ambientales y las enfermedades respiratorias infantiles como el asma y las alergias, los trastornos neurológicos del desarrollo, y el cáncer entre otras.

Además, se apuntó que cada vez existe "mayor evidencia" de la relación directa que existe entre la dieta y la exposición a dosis bajas de tóxicos durante la etapa prenatal y primera infancia sobre la salud y el bienestar en etapas posteriores de la vida; así como que la contaminación del aire está asociada con aumentos "no triviales" del riesgo de muerte y de enfermedad crónica en la infancia, peores resultados de embarazo, y la exacerbación de enfermedades, principalmente respiratorias.

Según la OMS, cada año mueren más de tres millones de niños menores de cinco años por causas y afecciones relacionadas con el Medio Ambiente. El entorno es, pues, uno de los factores que influyen de forma más decisiva en la cifra mundial de diez millones de defunciones infantiles anuales, y uno muy importante para la salud y el bienestar de las madres.

Al igual que en sesiones anteriores del Seminario Salud y Medio Ambiente realizadas hasta la fecha, la jornada contó con una sesión cerrada dirigida a los directores y gerentes de hospitales y centros sanitarios de Aragón, con el objetivo de realizar un intercambio de experiencias y ver las diferentes posibilidades de colaboración en los proyectos de investigación relacionados con la infancia que se están llevando a cabo en el resto del Estado.

NIÑOS, PRINCIPALES VÍCTIMAS

La infancia constituye uno de los grupos poblacionales de mayor riesgo para los contaminantes medioambientales, debido entre otras razones a que son más susceptibles porque los sistemas corporales aún se están desarrollando, presentándose cambios rápidos en el crecimiento, variaciones en la inmadurez orgánica y tisular, y déficits cuantitativos y cualitativos en su sistema de inmunovigilancia.

Asimismo, están más expuestos a los peligros medioambientales porque proporcionalmente por kilogramo de peso comen más alimentos, beben más líquidos y respiran más aire que los adultos, y por su inexperiencia en autoprotegerse, especialmente en los primeros años de vida donde pasan mucho tiempo a ras del suelo.

El aire interior y exterior y el agua contaminados, la falta de saneamiento adecuado, los riesgos de toxicidad, los vectores de enfermedades, la radiación ultravioleta y los ecosistemas degradados son factores ambientales de riesgo importantes para los niños, y en la mayor parte de los casos para sus madres también.

En particular, en los países en desarrollo, los riesgos y la contaminación ambientales contribuyen de manera muy importante a la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad infantiles asociadas a las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e infecciones perinatales.

La exposición a riesgos ambientales perjudiciales para la salud puede comenzar incluso antes del nacimiento. El plomo en el aire, el mercurio en los alimentos, así como otras sustancias químicas, pueden tener efectos a largo plazo, a menudo irreversibles, como infertilidad, abortos espontáneos y defectos de nacimiento, alertaron los expertos. La exposición de las mujeres a plaguicidas, disolventes y contaminantes orgánicos persistentes también pueden afectar a la salud del feto.

Entre las enfermedades emergentes destacan las alérgicas respiratorias o asmáticas, las patologías neurológicas y las neoplásicas. En los países industrializados mueren actualmente por asma tres veces más que hace 20 años, a pesar de los avances farmacológicos y de asistencia hospitalaria que se han producido durante este periodo de tiempo. La población pediátrica, aunque sólo representa el 20-25% del total de personas, incluye el 40-45% de todos los casos de asma.

En la UE, el VI Programa de Acción Comunitario en Materia de Medio Ambiente plantea, entre otros objetivos, contribuir a obtener un alto nivel de calidad de vida y bienestar social, teniendo en cuenta un Medio Ambiente en el que los niveles de contaminación no tengan efectos perjudiciales sobre la salud humana. Para cumplir con esta exigencia, en 2003 se aprobó la Estrategia Europea de Medio Ambiente y Salud, que se concreta en el Plan de Acción Europeo en materia de Salud y Medio Ambiente (2004-2010).

Precisamente, la estrategia ha orientado parte de sus acciones hacia la infancia, reconociendo que los niños son especialmente vulnerables. Con un enfoque integrado, multidisciplinar, y basado en la prevención, la estrategia incide en la investigación de una serie de elementos contaminantes que parecer ser responsables de determinados efectos sobre la salud para establecer vínculos de causa efecto de las enfermedades respiratorias infantiles, los trastornos neurológicos del desarrollo, el cáncer infantil y los efectos alteradores endocrinos.