MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
Medicina Interna y Familiar y Comunitaria son las dos especialidades que liderarán el "necesario" cambio de modelo sanitario en España, ha asegurado el presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), el doctor Ricardo Gómez Huelgas.
"Hemos alertado repetidamente, tanto Medicina Interna como Medicina Familiar y Comunitaria de que el actual escenario demográfico, sumado a la calidad de los hábitos de salud nos conduce hacia una epidemia de enfermedades crónicas. Para hacer frente a esta situación el sistema de salud debe gestionarse orientándolo a esta realidad que ya está presente", ha explicado el presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), Salvador Tranche, durante la XI edición del Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico.
En el caso concreto de la Medicina Interna, se caracteriza por ser una especialidad médica "versátil y polivalente que ofrece una visión integral del paciente, imprescindible en un escenario de multicomorbilidad, de ahí que cada vez más necesaria la figura del médico internista en nuestro sistema sanitario", según se ha puesto de manifiesto durante la cita.
"La respuesta a la cronicidad pasa por realizar una asistencia con un enfoque longitudinal, integral y accesible, al tiempo que se impulsa el desarrollo máximo de la capacidad de resolución de las dos especialidades genera listas hasta alcanzar su techo competencia junto con la coordinación de los distintos niveles asistenciales. El futuro gobierno legislativo deberá tomar medidas para no llegar tarde a esta academia de enfermedades crónicas que puede acabar con un Sistema Nacional de Salud que es una referencia mundial", ha insistido Tranche.
Durante el congreso también se ha abordado la situación de los pacientes en los que confluyen varias patologías crónicas, los pacientes pluripatológicos o pacientes con multimorbilidad, que aumentarán en los próximos años. Estos pacientes, llamados crónicos complejos, sufren des compensaciones frecuentes de sus enfermedades, dependencia, problemas sociales y emocionales. El estratificado Grupos de Morbilidad Ajustados estima que entre un 3 y un 4 por ciento de la población se encuentra en esta situación.
"Sólo el 3 por ciento de quienes tienen insuficiencia cardiaca tienen solo insuficiencia cardiaca, mientras que el 70 por ciento de ellos padecen tres enfermedades más", ha indicado en este sentido la médico del servicio de Medicina Interna del Hospital de Requeman (Valencia) la doctora Pilar Román.
La médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y Subdirectora de Atención Primaria del Servicio Extremeño de Salud, la doctora Manuel Rubio González, apunta a que hasta ahora se ha dado "una respuesta sanitaria fragmentada, con múltiples consultas, hospitalizaciones frecuentes y/o prolongadas y polifarmacia, así como una falta de coordinación con los servicios sociales, lo que ha llevado a un riesgo añadido de aerotecnia, pérdida funcional, institucionalización y mortalidad prematura".
Todo ello ha generando un consumo elevado de recursos, sin resultados en salud o bienestar de los afectados. A modo de conclusión, durante la jornada ambas especialidades han apuntado a que la mejora de estos pacientes pasa por "la posibilidad de que sean valorados en conjunto y no solo desde el punto de vista clínico, sino también social, psicológico, funcional".
ENFERMEDADES PRETÓNICAS
La cita también ha dedicado espacio para hablar de la "inconveniencia" de etiquetar a personas sanas como pretónicos. La especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Remedios Martín ha alertado de que "a las consultas de los médicos de Familia en ocasiones acuden los ciudadanos, no porque estén enfermos, sino porque tienen miedo de estarlo".
"La medicina del consumo, las campañas publicitarias del bienestar, la presión de la industria farmacéutica, entre otras, ha generado la idea tan conocida del 'más vale prevenir que curar' y condiciona la demanda de pruebas o tratamientos", ha agregado.
Además, "la población no repara en la necesidad de llevar una vida saludable para evitar enfermedades, y en cambio sí lo hace en la necesidad de incorporarse a programas o intervenciones de prevención, muchas de las cuales no están consiguiendo demostrar que produzcan beneficios superiores a sus efectos adversos".
La doctora Martín también ha querido mostrar la "preocupación de que pequeños cambios en los límites de las definiciones de enfermedad impliquen que grandes proporciones de población pasen a ser etiquetadas como enfermas, y en consecuencia recibir un tratamiento que, además de innecesario, les puede ocasionar más riesgos que beneficios".