MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
La neurocientífica y autora del libro 'Los engaños de la mente', Susana Martínez-Conde, ha asegurado, durante una conferencia organizada por la Universidad Europea, que las técnicas de la magia podrían ayudar a los neurocientíficos a avanzar en tratamientos de enfermedades cognitivas.
Y es que, según ha comentado, las personas experimentan engaños "constantemente", los cuales son percibidos por la mente como ilusiones cognitivas y sensoriales, atajos o estrategias que utiliza el cerebro para compensar las limitaciones neuronales y que permiten entender cómo funciona.
"Muchas de las ilusiones que tenemos han sido creadas por los artistas visuales. De hecho, en el estudio de las ilusiones existe una gran tradición entre percepción y arte visual. Los seres humanos no vemos el mundo como es, sino como creemos que es, o mejor dicho, como queremos que sea", ha recalcado Martínez.
Por este motivo, la experta considera que con las técnicas de la magia los investigadores pueden estudiar el diseño de experimentos más sólidos e ilusiones visuales para explorar las bases neuronales de la atención y la conciencia. Además, prosigue, la magia podría llevar al diagnóstico y a métodos de tratamiento para pacientes que sufren déficits cognitivos específicos como, por ejemplo, Alzheimer o trastorno por déficit de hiperactividad y atención (TDAH).
De hecho, a lo largo de su carrera, Martínez-Conde ha colaborado con magos para estudiar las ilusiones ópticas y lo que estas nos dicen del cerebro humano. En este contexto, el objetivo consiste en explicar a la comunidad de investigadores por qué la magia funciona en la mente del espectador. Gracias a estas colaboraciones, los expertos creen que a través de los trucos de magia, la neurociencia puede contar con nuevos puntos de vista.
En este sentido, los especialistas han señalado la posibilidad de "engañar" a los pacientes con la intención de que se concentren en las partes más importantes de su terapia y suprimir distracciones que causan confusión y desorientación. "Hay que tomar la parte positiva de que los magos sean grandes manipuladores de la percepción, ya que esto puede ayudar a los pacientes que tengan una reducción en sus capacidades cognitivas y de atención", ha recalcado.
Dicho esto, la experta ha explicado que el cerebro humano tiene más de dos docenas de áreas que están dedicadas al procesamiento de la información visual como, por ejemplo, la retina. "En estas áreas se va procesando nuestra percepción, que está influida y modulada por nuestra experiencia previa del mundo, nuestra memoria, expectativas y emociones. Todo ello modula nuestra experiencia perceptiva", ha apostillado.
Además, los algoritmos que usa el cerebro proporcionan una simulación de la realidad. Ante esto, ha explicado que las personas interactúan con la simulación construida por el cerebro. "Vemos o no vemos las cosas en base a nuestro estado emocional. Nuestra percepción no suele corresponder con la realidad porque hay una discrepancia de la realidad objetiva y nuestra experiencia subjetiva. La percepción visual es nuestra experiencia de cómo vemos el mundo", ha insistido.
Asimismo, en el entorno educativo, los principios de los magos pueden servir para manejar y dirigir la atención de los alumnos y que experimenten al máximo la información que el maestro pretende transmitir. "A veces no se transmite óptimamente porque la información no está adaptada a nuestra capacidad de procesamiento. Sin embargo, los magos saben, de manera intuitiva, cómo presentar información para que afecte a los sistemas atencionales", ha destacado Conde.
Finalmente, la neurocientífica ha recomendado presentar la información de una forma sencilla ya que, según ha señalado, cuando se presentan "muchos datos" de forma simultánea se está propiciando que la persona elija entre un contenido u otro. "Los educadores deben pensar antes de presentar una lección cómo dar a conocer el contenido principal o interesante para que el alumno lo memorice", ha zanjado.