MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
En septiembre comienzan a bajar las temperaturas por lo que los expertos recomiendan evitar corrientes de aire y empezar a protegerse del frío por las mañanas y por las noches para esquivar los catarros típicos del otoño.
"Para prevenir los catarros basta con evitar cambios bruscos de temperatura, protegerse del frío, no fumar, seguir una alimentación sana y variada y realizar ejercicio físico", recomienda el médico de familia y miembro de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFyC), Francisco Camaralles.
En opinión del experto, es importante distinguir entre el catarro y la gripe. El resfriado común o catarro es una infección viral leve del sistema respiratorio superior causada principalmente por rinovirus y coronavirus que se cura en pocos días sin dejar secuelas. Los síntomas más comunes son congestión nasal, dolor de cabeza y de garganta, tos y una sensación de cansancio en general.
Por su parte, la gripe es una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. La infección dura generalmente una semana y se caracteriza, a diferencia del catarro, por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis, problemas que suelen obligar al enfermo a quedarse en cama. El primer pico de gripe aparece en España a finales de diciembre y principios de enero y el segundo lo hace a finales de enero.
Según Camarelles, en ambos casos, "no hace falta ir al médico, uno se puede curar en casa con remedios caseros, zumos, líquidos, algún analgésico, etcétera". Sin embargo, el doctor advierte de que "hay que controlar la temperatura porque si se tiene fiebre alta durante tres o cuatro días, hay que consultarlo al médico, especialmente los pacientes polimedicados y con enfermedades graves son quienes deberían consultarlo incluso antes".
EL DESÁNIMO OTOÑAL
Otro de los trastornos que más inciden durante el otoño es la depresión. A pesar de que la mayoría de los expertos, como Camarelles, se niega a reconocer la existencia de la astenia otoñal y aunque no está reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es cierto que con la disminución del número de horas de sol y tras los meses de verano, las personas tienden a sentirse más decaídas y agotadas.
Para estimular el ánimo, muchos se decantan por el consumo de complejos vitamínicos de venta en farmacias, de hecho, se estima que más de la mitad de la población mundial consume o ha consumido algún suplemento dietético, también llamado nutricional, según un estudio publicado en la revista 'Psychological Science'.
Sin embargo, el doctor insiste en que "la astenia otoñal, como la primaveral, no tiene ninguna base clínica; no hay datos concluyentes sobre cómo puede afectar la disminución de horas de luz, por ejemplo".