BRUSELAS, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El pleno de la Eurocámara ha aprobado este martes las nuevas normas europeas que limitarán la exposición al gas del diésel y otros siete cancerígenos en la Unión Europea con el objetivo de mejorar la protección de los trabajadores y evitar la muerte por cáncer de más de 100.000 muertes en los próximos 50 años.
Las nuevas normas ya han sido acordadas entre los Veintiocho y la Eurocámara, que las ha aprobado este martes formalmente por 585 votos favor, 46 en contra y 35 abstenciones.
Los negociadores del Parlamento Europeo lograron incluir en el acuerdo con los Veintiocho --que todavía deberán dar su visto bueno formal-- para limitar los valores de exposición a gases de los motores diésel y proteger así a unos 3,6 millones de trabajadores potencialmente en riesgo.
En concreto, se ha pactado un límite de 0,05 mg/m3 para las emisiones de los motores diésel durante 8 horas, limitación que estará en vigor en la mayoría de los sectores dos años después de que finalice el periodo de trasposición de la directiva, en 2023 en principio, con la excepción de minas y túneles, donde se deberán cumplir los límites cinco años después, en 2026 teóricamente, ha informado el grupo de los Verdes, que reclaman la inclusión de los gases de motores diésel en la normativa desde la primera revisión de la directiva sobre sustancias cancerígenas y mutágenos en 2016.
Gracias a las nuevas normas, también se limitará la exposición a los compuestos de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), los aceites minerales utilizados en la combustión de motores, el tricloroetileno (TCE), la 4,4'-Metilenodianilina, el epiclorohidrino (C), el dibromuro de etileno y el dicloro de etileno.
Las normas fijan límites de exposición a las sustancias en suspensión en el aire en el lugar de trabajo como en la piel. El cáncer es el responsable del 52 por ciento de las muertes laborales en la UE, según datos del Ejecutivo comunitario.
El responsable de la negociación de las normas en la Eurocámara, el eurodiputado popular belga, Claude Rolin, ha considerado un éxito fijar un valor límite para las emisiones de motores diésel, a las que están expuestas "millones de trabajadores" pero ha alertado de la necesidad de mantener la vigilancia "constante" sobre las sustancias dañinas en el lugar del trabajo. "Es inaceptable que los trabajadores pierdan su vida mientras intentan ganarse la vida", ha justificado.