MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
La práctica del boxeo amateur puede provocar alteraciones en los niveles de ciertas sustancias químicas presentes en el fluido cerebroespinal que conllevan daños en las neuronas y otras células importantes para el funcionamiento cerebral, según las conclusiones de un estudio realizado por expertos de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Göteborg (Suecia) que publica la revista 'Archivos de Neurología'.
El estudio analizó a 14 boxeadores amateurs suecos (11 hombres y tres mujeres de 22 años de media) de siete a diez días después de un combate, y también tres meses después, después de tomarse un descanso en la práctica de este deporte, y los compararon con 10 hombres sanos que no eran boxeadores.
A los diez días del combate, los boxeadores presentaban niveles más elevados de la proteína ligera del neurofilamento y Tau que tres meses después, lo que puede revelar daños ya que según los autores "los niveles de estas proteínas en el fluido cerebroespinal aumentan en el caso de desórdenes con degeneración y daño neuronal y axonal, y este incremento se intensifica en función de la importancia del daño cerebral".
Asimismo, la investigación muestra que los golpes recibidos en un combate elevan los niveles de la proteína glial fibrilar, que indican la existencia de daños en las células de astroglia, que se ocupan de rodear las neuronas para mantanerlas aisladas y darles soporte.
Los niveles de estas sustancias químicas eran significativamente mayores en el caso de los boxeadores que habían recibido más de 15 golpes en la cabeza o habían experimentado algún desvanecimiento.
Los investigadores destacan que en torno al 20 por ciento de los boxeadores profesionales acaban desarrollando alguna enfermedad cerebral de forma crónica, y recuerdan que otros estudios indican que los amateurs también sufren daños en su sistema nervioso, aunque con efectos menos severos debidos a las protecciones que llevan y a que los combates son más cortos y conllevan menos golpes en la cabeza.