MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por la Unidad de Reproducción Humana Asistida del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo ha presentado indicios de que la fecundación in vitro (FIV) con screening genético preimplantacional (PGS) puede ser una alternativa para mujeres que han sufrido abortos de repetición por causas genéticas.
El estudio, realizado con la colaboración de la Unidad de Reproducción Humana Asistida del Hospital Ruber Internacional, dirigido por la doctora Elena Carrillo de Albornoz, fue presentado el pasado mes de abril en Sofía (Bulgaria), en el marco del Campus sobre 'Enfoques actuales en genética y reproducción', organizado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE, por sus siglas en inglés).
Durante el transcurso del mismo la doctora Yolanda Cabello, directora del laboratorio de la Unidad de Reproducción Humana Asistida del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, dirigida por Daniel Ordóñez, presentó el póster del estudio sobre 'Incidencias de anomalías genéticas en embarazos espontáneos y en blastocitos diagnosticados con PGS en procedimientos de FIV'.
El objetivo del estudio fue comparar el porcentaje de abortos con causa genética en población estándar con embarazos espontáneos sin técnicas de reproducción asistida, frente al porcentaje de anomalías cromosómicas detectadas después de realizar PGS en embriones en estado de blastocisto de pacientes sometidos a FIV por diferentes grupos de edad.
Se estudiaron 40 restos abortivos de pacientes con embarazos espontáneos y se compararon con los resultados de 51 embriones en estado de blastocisto obtenidos en pacientes separados por grupos de edad (menores de 35 años, entre 36 y 39, y mayores de 40) para conocer las posibilidades reales de un recién nacido sano en dichos grupos y hacer sugerencias al grupo de embarazo espontáneo.
En el grupo de mujeres embarazadas de forma espontánea, el 30 por ciento fueron abortos genéticos. Por grupos de edad: 56 por ciento en menores de 35; 77 por ciento entre 36 y 39, y 82 por ciento en los de más de 40. En el grupo de FIV-PGS, se realizó una biopsia en los embriones en estadio de blastocisto y el 72 por ciento resultaron aneuploides (con alteración del número de cromosomas), con un 63 por ciento en menores de 35; 69 por ciento en el grupo de entre 36 y 39 años, y 82 por ciento en mayores de 40.
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos. La anomalía más común en los embarazos espontáneos fue la del cromosoma sexual X0 (28 por ciento con síndrome de Turner), seguida del cromosoma 22 (20 por ciento). En el caso de pacientes con FIV-PGS, la anomalía más común fue el cromosoma 22 (21 por ciento) seguido del cromosoma 18 (12).
El análisis también revela que, aunque la población que utiliza FIV es subfértil, los porcentajes de aneuploidías por grupos de edad son los mismos que en la población que espontáneamente queda embarazada.
Sin embargo, después de los 40 años de edad, la FIV-PGS podría usarse para conseguir un embarazo lo más pronto posible, evitando abortos innecesarios debido a causas genéticas, dado que con esta técnica solo se implantarían embriones genéticamente sanos.