Sólo Canarias, Murcia y Comunidad Valenciana entregan a sus pacientes las agujas para pincharse insulina que necesitan
MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
La diabetes es la enfermedad crónica más prevalente en España y afecta a más de tres millones de personas, pese a lo que existen "importantes diferencias asistenciales" entre comunidades en aspectos esenciales para estos el abordaje de esta enfermedad, como la dispensación de tiras reactivas o agujas para pincharse insulina.
Así se desprende de un estudio elaborado por el Consejo General de Enfermería y la Federación Española de Diabéticos Españoles (FEDE), con el que quieren denunciar las "restricciones" que existe en el tratamiento de estos pacientes "con el riesgo que conlleva para su salud", según asegura Máximo González Jurado, presidente de la entidad colegial.
En dicho estudio participaron más de 800 enfermeras de todas las comunidades, y una de las principales deficiencias que muestra esta investigación es el "desigual" reparto de agujas de un sólo uso para administrar la insulina que necesitan diariamente estos pacientes.
Cada paciente suele administrarse insulina 2,2 veces al día, por lo que cada mes necesitará al menos 66 agujas para, tal y como recomiendan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Diabetes (FID), no reutilizar las jeringas o agujas desechables ante el "alto riesgo de infección" que conlleva.
Sin embargo, el estudio muestra que sólo Canarias (con 78,9 agujas por paciente y mes dispensadas), Murcia (72,8) y Comunidad Valenciana (72,8)entregan a sus pacientes las agujas que necesitan, mientras que en el resto se "obliga a los pacientes a tener que reutilizar sus agujas dos, tres o cuatro veces más".
Así, las comunidades que menos agujas dispensan son Cantabria (17,5), Cataluña (20,8) y País Vasco (29,6).
"La reutilización de las agujas aumenta el riesgo de infección y dolor", asegura González Jurado, añadiendo que el dispositivo "también se puede deteriorar", provocando "una mala administración de la insulina que conlleva que el paciente no recibe la dosis adecuada".
Sin embargo, añade el presidente de FEDE, Ángel Cabrera, "el problema es que estos pacientes son gente mayor, dócil, que asume lo que le dicen".
AGUJAS "A PUÑADOS"
Además, el estudio muestra que existen diferencias en el modo de dispensación, ya que en algunas comunidades los pacientes las adquieren en las farmacias mediante receta mientras que, en otras, se dan en los centros de salud "a puñados" o bajo las directrices de un protocolo de dispensación elaborado por el propio centro ante la "falta de un criterio autonómico".
Lo "llamativo", explican los autores del estudio, es que en aquellos centros donde existen tales protocolos es donde "se dispensan menos agujas de las necesarias" y, por tanto, "más se incrementa la reutilización".
Del mismo modo, el estudio también muestra "importantes desigualdes" en la dispensación de lancetas para controlar la glucemia o tiras reactivas, "claves para el control metabólico de estos pacientes".
"EL COSTE DE LA AGUJA ES MÍNIMO"
Según el presidente del Consejo General de Enfermería, el motivo de estas desigualdades "no debería ser económico" ya que son pacientes "muy frágiles" y porque "el coste de una aguja es mínimo", reclamando una norma que unifique los criterios de dispensación en todo el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Sin embargo, el presidente de FEDE, Ángel Cabrera, "hay un problema de desidia" por parte de las comunidades y lamenta que "está generando ciudadanos de primera y segunda dependiendo del lugar de residencia, pese a que todos pagamos los mismos impuestos".
Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, Ricardo de Lorenzo, reconoce que las comunidades están incumpliendo la responsabilidad patrimonial que tienen en este ámbito, ya que según la Cartera Básica de Servicios del SNS están obligadas a garantizar un suministro adecuado de estos dispositivos.