MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
La estimulación eléctrica ayuda, según expertos, a tratar la incontinencia urinaria, una enfermedad crónica que afecta a más de dos millones de españoles. El doctor José Luis Ruiz Cerdá, adjunto del servicio de Urología del Hospital La Fe de Valencia y miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), asegura que la estimulación eléctrica "ha supuesto un importante avance para el tratamiento de la incontinencia de orina", en los casos en los que el paciente no responda a la medicación ni a los ejercicios de rehabilitación de la musculatura de la pelvis.
Según Cerdá, el valor terapéutico de la electricidad se basa en que el sistema nervioso se comunica mediante señales eléctricas de forma natural. Los estímulos sensoriales, la integración neuronal y la respuesta motora están mediadas por señales eléctricas y "de ahí nace la idea" de aplicar impulsos eléctricos para modificar el comportamiento de un determinado sistema neuronal alterado.
La incontinencia urinaria, caracterizada por la pérdida involuntaria de orina es, además de un problema sanitario, el origen de importantes repercusiones en la esfera social y privada del afectado. Existen dos tipos de incontinencia. La primera es la incontinencia de orina de esfuerzo, que ocurre durante el ejercicio físico o el esfuerzo como la tos y el estornudo. La segunda es la incontinencia urinaria de urgencia, que se produce precedida de un fuerte deseo de orinar.
La incontinencia de esfuerzo se da más en mujeres que en hombres. Se estima que entre un 8 y un 12% de las mujeres de mediana edad la padecen. Además, se calcula que, aproximadamente, la mitad de las mujeres tendrán un problema de incontinencia en algún momento de su vida, aumentando las posibilidades tras los 55 años, ya que durante la fase menopáusica se produce un déficit de estrógenos, lo que a su vez provoca que disminuya la presión en la uretra. Superados los 65 años, el riesgo de incontinencia se iguala por sexos, y se calcula que más del 15% de los ancianos padece este trastorno.
El tratamiento de este tipo de incontinencia es fundamentalmente quirúrgico. Sin embargo, según los expertos, fortalecer la musculatura del suelo pélvico y rehabilitarla es un "aspecto esencial" para curarla. El fortalecimiento se realiza mediante ejercicios físicos específicamente diseñados para el entrenamiento del suelo pélvico. Otra forma de estimular y fortalecer esta musculatura es utilizar estímulos eléctricos. La estimulación eléctrica se realiza mediante aparatos en forma de sondas anales o vaginales que producen una corriente.
A diferencia de la incontinencia urinaria de esfuerzo, la incontinencia urinaria de urgencia tiene, según Cerdá, un abordaje conservador, ya que la mayoría de pacientes se tratan con fármacos anticolinérgicos. Con ellos, los resultados positivos a corto plazo pueden ser elevados, pero a largo no superan el 40%.
Sin embargo, el uso de la electricidad en la incontinencia urinaria de urgencia es "una alternativa a intervenciones quirúrgicas más agresivas", ya que actúa directamente sobre los reflejos de la micción. Los expertos creen que con la estimulación eléctrica se puede llegar a restaurar la función perdida pero advierten de que su aplicación requiere, además de tiempo, "mucha dedicación y experiencia por parte del profesional y cooperación por parte del paciente".
Las ventaja de este tratamiento frente a los convencionales es que se trata de una técnica no agresiva y completamente reversible capaz de corregir, mediante impulsos eléctricos, el comportamiento de un determinado sistema neuronal alterado. El "único requisito" para su implantación es que los pacientes "sean necrológicamente normales", ya que los impulsos se transmiten a través de los nervios.