MADRID, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
La estigmatización de la esquizofrenia y su terapia psiquiátrica continúan retrasando el diagnóstico de la enfermedad y "perjudica indirectamente" a la investigación de ésta y otras enfermedades mentales, según afirmó el director del Departamento de Psiquiatría del Hospital Zucker Hillside (Estados Unidos), John M. Kane, durante su participación en las primeras jornadas 'Encuentros en Psiquiatría' celebrados estos días en Nueva York (EEUU).
En este sentido, Kane destacó que 50 años después de la aparición del primer fármaco para la esquizofrenia, su abordaje sanitario y social arrastra serias asignaturas pendientes y se enfrenta a importantes retos, como el relativo a la estigmatización de la enfermedad y su terapia psiquiátrica.
De hecho, durante este encuentro se debatió acerca de los numerosos medicamentos disponibles y la heterogeneidad de su respuesta clínica, que hace que los especialistas deban "reconsiderar constantemente las ventajas y los riesgos de las diferentes opciones terapéuticas".
"Una correcta toma de decisiones, la promoción de la adherencia al tratamiento y estrategias de reducción del riesgo de recaídas, son elementos esenciales para la facilitar la integración social y profesional de estos pacientes", aseguró Kane.
En dicho encuentro, organizado por Boehringer Ingelheim con la colaboración del Zucker Hillside Hospital of Harvard University y el College of Medicine Albert Einstein of Yeshiva University, los participantes apoyaron la aparición de nuevos medicamentos.
A este respecto, el jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge (Barcelona), José Manuel Menchón, advirtió que cuanto mayor sea el arsenal terapéutico de que disponga el especialista mayor será su capacidad para curar enfermos. "Aún no sabemos por qué, pero ante la misma enfermedad hay pacientes que responden bien a un fármaco y otros a otro", explicó.
Por su parte, el Andrew Nierenberg, del Hospital General de Massachusetts (EEUU), destacó que algunas investigaciones han determinado que "un paciente con depresión persistente puede mejorar tras varias estrategias de tratamiento, pero las probabilidades de mejorar esta enfermedad disminuyen a medida que se hacen necesarias estrategias adicionales".