MADRID 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los corticosteroides administrados a niños sometidos a amigdalectomía para reducir las náuseas y los vómitos postoperatorios no se asocian --aunque investigaciones anteriores han sugerido que pueden aumentar el riesgo de hemorragia durante y después de la cirugía-- con eventos hemorrágicos graves, según los investigadores del Massachusetts Eye and Ear, en Boston, y el Centro Médico Naval de Portsmouth, en Virginia. Sus hallazgos han sido publicados en la revista JAMA.
Según un ensayo aleatorizado reciente las dosis de dexametasona perioperatoria para tratar las náuseas y vómitos postoperatorios en niños sometidos a amigdalectomía se suelen cortar prematuramente debido a un aumento del riesgo de hemorragia postoperatoria. Los resultados del estudio sugieren que una única dosis de dexametasona intraoperatoria aumenta significativamente las hemorragias tras la amigdalectomía. A la luz de estas conclusiones, los investigadores del presente estudio decidieron que hay una necesidad de volver a evaluar el perfil de seguridad de la dexametasona cuando se utiliza durante la amigdalectomía.
"Este fue un estudio preocupante, ya que va en contra de las recomendaciones de administrar esteroides después de la amigdalectomía para reducir las náuseas y los vómitos", señala el autor principal Christopher Hartnick, del Massachusetts Eye and Ear, y la Escuela de Harvard.
Hartnick, junto con Thomas P. Gallagher, del Centro Médico Naval de Portsmouth, y sus colaboradores, realizaron un ensayo clínico para examinar los eventos de sangrado asociados con el uso de dexametasona durante la amigdalectomía en niños.
El estudio multicéntrico aleatorizado se realizó en 314 niños de 3 a 18 años sometidos a una amigdalectomía, sin antecedentes de trastornos hemorrágicos o uso reciente de medicación corticosteroide. El estudio fue realizado entre julio de 2010 y diciembre de 2011, con 14 días de seguimiento. Los pacientes recibieron una dosis única de dexametasona perioperatoria o un volumen equivalente de solución salina, como placebo.
El resultado primario medido fue la tasa y la gravedad de la hemorragia post-amigdalectomía en el posoperatorio de 14 días, con una escala de gravedad de sangrado (nivel I, la percepción de los padres de hemorragia postoperatoria, nivel II, con una admisión hospitalaria necesaria debido al sangrado postoperatorio, o nivel III, que hizo necesaria la reintervención para controlar el sangrado).
Según los autores, el tratamiento con dexametasona demostró que la tasa de sangrado no supero en más de un 5 por ciento al placebo. Los datos fueron estratificados para casos de hemorragia primaria o secundaria y, en general, se observó una disminución del sangrado en el nivel II y el nivel III. En conclusión, la administración perioperatoria de dexametasona no se asoció con más episodios de sangrado que el placebo.