Una especia india podría retrasar el daño hepático y la cirrosis

Actualizado: miércoles, 24 marzo 2010 12:15

MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

La curcumina, uno de los principales componentes de la especia india cúrcuma, parece retrasar el daño hepático que da lugar a la cirrosis, según un estudio de la Universidad Médica de Graz en Austria que se publica en la revista 'Gut'. El componente, que proporciona a la cúrcuma su brillante pigmento amarillo, ha sido utilizado durante largo tiempo por la medicina ayurvédica india para tratar un amplio rango de trastornos gastrointestinales.

Investigaciones previas han indicado que tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que podrían ser de utilidad para combatir la enfermedad. Los investigadores querían descubrir si la curcumina retrasaría el daño causado por trastornos inflamatorios progresivos del hígado, incluyendo la colangitis esclerosante primaria y la cirrosis biliar primaria.

Ambos trastornos, que pueden aparecer por fallos genéticos o por enfermedad autoinmune, provocan que el sistema de conductos biliares del hígado se inflame, cicatrice y bloquee. Esto conduce a amplios daños del tejido y a una cirrosis hepática irreversible y fatal.

Los investigadores analizaron muestras de tejido y sangre de ratones con inflamación hepática crónica antes y después de añadir curcumina en su dieta durante un periodo de cuatro semanas y otro de ocho semanas. Los resultados se compararon con las muestras equivalentes de ratones con el mismo trastorno pero que no tomaban curcumina.

Los descubrimientos mostraron que la dieta de curcumina reducía de forma significativa el bloqueo de los conductos biliares y reprimía el daño de las células del hígado y la fibrosis al interferir con varios mecanismos químicos implicados en el proceso inflamatorio. Estos efectos eran claros tanto a las cuatro como a las ocho semanas y no se observaron en los ratones que seguían la dieta normal.

Los autores apuntan que el actual tratamiento para la enfermedad inflamatoria hepática implica al ácido ursodeoxicólico, cuyos efectos a largo plazo continúan sin conocerse, y la otra alternativa es el trasplante de hígado.

Según concluyen los investigadores, la curcumina es un producto natural que parece dirigirse a varias partes diferentes del proceso inflamatorio y que como tal podría suponer un prometedor tratamiento en el futuro.