MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
El nivel de satisfacción de los españoles con el sistema sanitario público se sitúa en febrero en 6,14 puntos sobre 10, una ligera subida frente al 6,04 en noviembre de 2022 pero una considerable bajada si se compara con hace un año (6,46), según los resultados de la primera oleada del Barómetro Sanitario 2023, que realiza el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Las cifras anteriores a la pandemia de COVID-19, en 2019, también siguen muy lejos (6,74), según el Barómetro, que en esta primera oleada de 2023 se ha realizado en el mes de febrero con 2.557 entrevistas.
En general, el funcionamiento del sistema sanitario en España recibe una valoración positiva del 52,6 por ciento por ciento de la población española, un aumento de 2,1 puntos en comparación con el 50,5 por ciento de noviembre. Si se compara con la primera oleada de 2022, sin embargo, las cifras aún no han conseguido remontar y están casi diez puntos por debajo (62,5% hace un año).
En febrero, el 11,8 por ciento de los españoles cree que la sanidad pública funciona bastante bien, frente al 11,1 de noviembre; y el 40,8 considera que el Sistema Nacional de Salud (SNS) va bien aunque necesita cambios (39,4% en noviembre).
Mientras tanto, va también levemente a la baja el porcentaje de españoles que cree que la sanidad pública española 'necesita cambios fundamentales, aunque algunas cosas funcionan' (30,9% en febrero, frente al 31,9% en noviembre y 25,5% en marzo de 2022) y se reduce ligeramente un 15,9 por ciento (16,8% en noviembre y 11,3% en marzo) la opinión de que el sistema sanitario público 'funciona mal y necesita cambios profundos'.
La percepción de la población general sitúa a las urgencias del 061/112 y la asistencia a pacientes ingresados en hospitales públicos, con 7,33 (7,28 en noviembre) y 7,08 (7,08 en junio), respectivamente, como los servicios mejor valorados.
En el caso de las consultas de Atención Primaria es de 6,19, lo que supone, nuevamente, una pequeña subida de la valoración del primer nivel asistencial (6,11 en noviembre y 6,29 en marzo de 2022). Esta situación se reproduce en las urgencias de Atención Primaria, donde la nota ya se sitúa en el 6,09, en comparación con el 6,36 de junio y el 6,40 de marzo.
También va al alza la valoración de las consultas de atención especializada, situándose en 5,95 puntos (5,90 en noviembre y 6,27 en marzo de 2022), así como la de urgencias de hospitales públicos (6,09 puntos frente a 6,01 en noviembre y 6,48 en marzo de 2022).
AUMENTA POCO A POCO LA ACEPTACIÓN DE LAS VIDEOCONSULTAS
En esta primera oleada del año, el Barómetro Sanitario ha hecho una aproximación a la opinión, aceptación y uso de nuevas formas de relación con el sistema sanitario que se apoyan en tecnologías digitales.
En relación con la posibilidad de que el centro de salud ofreciera videoconsultas, el 51,49 por ciento declara que las utilizaría, un gran aumento con respecto al 44,5% en noviembre, frente a un 36,1 por ciento que no (43% en noviembre).
En cuanto a la idoneidad de la consulta telefónica, la opinión mayoritaria, que representa al 63,7 por ciento de los encuestados (62,6% en noviembre), es que algunas consultas con el médico de atención primaria pueden ser telefónicas, pero otras deben ser necesariamente presenciales. Un 32,1 por ciento opina que todas deberían ser presenciales, mientras que solo un 1,9 por ciento opina que la mayor parte de las consultas podrían ser telefónicas.
El 60,6 por ciento de las personas atendidas en Atención Primaria ha efectuado alguna consulta telefónica en los últimos 12 meses. El 75,8 por ciento de ellas manifiesta satisfacción con este sistema, siendo alta para un 44,99 por ciento.
No obstante, sólo el 53,7 por ciento considera que por teléfono entiende las explicaciones del médico igual que cuando va a la consulta y el 36,8 por ciento declara que puede explicarse igual de bien que cuando está presencialmente con el médico. Los pacientes piensan que este tipo de consulta es en proporción más cómoda para los médicos (65,7%) que para los pacientes (55,8%).
Más de la mitad de las personas entrevistadas (57,2%) conocen la posibilidad de acceder a su historia clínica electrónica a través de Internet, pero sólo ha utilizado esta vía el 34,4 por ciento. Otro 28 por ciento la desconoce y un 13,4 por ciento declara que no sabe o no puede utilizar Internet.
Una gran parte está de acuerdo/muy de acuerdo (86,8%) en que los datos de su historia clínica puedan ser utilizados con fines de investigación sanitaria por instituciones públicas. Este porcentaje desciende al 48,8 por ciento en el caso de tratarse de instituciones privadas.
Respecto a la posibilidad de consultar electrónicamente informes clínicos de pacientes en diferentes comunidades autónomas, el 64,3 por ciento de las personas entrevistadas desconoce la existencia de esta posibilidad. El 11,3 por ciento sabe que pueden ser consultados por los médicos, el 2,4 por ciento por los pacientes y el 19,5 por ciento que pueden ser consultados por ambos.
El 53 por ciento conoce la posibilidad de utilizar la receta electrónica para retirar medicamentos sin llevar la receta en papel en cualquier oficina de farmacia de España. No obstante, sólo el 42,5 por ciento de aquellos que tiene conocimiento de dicha posibilidad ha hecho uso ella fuera de su comunidad autónoma de residencia.