MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una encuesta desarrollada por la Facultad de Salud de la Universidad de York (EE.UU) ha concluido que la rehabilitación cardiaca está disponible solamente en la mitad de los países del mundo (55%) y los programas existentes solo atienden a 1,65 millones de pacientes, dejando una brecha de más de 18 millones de afectados necesitados.
Asimismo, el estudio, publicado en 'EClinicalMedicine', ha puesto de relieve que más de 20 millones de personas desarrollan algún tipo de patología cardiaca cada año a nivel mundial, sin embargo, solamente existe un punto de rehabilitación por cada 12 víctimas de infarto, lo que retrasa la prevención de sufrir otro evento cardiaco.
La rehabilitación cardiaca proporciona ejercicio estructurado a los pacientes que han sufrido infarto. De este modo, supone un manejo del factor de riesgo y facilita educación y asesoramiento para optimizar su calidad de vida. Así, se ha demostrado que la rehabilitación cardiaca reduce la muerte cardiovascular y la rehospitalización hasta en un 20 por ciento.
Por ello, el primer objetivo de esta investigación fue establecer la disponibilidad de rehabilitación cardiaca y la capacidad para atender a estos pacientes en todo el mundo. El estudio ha puesto de relieve que este tipo de programas estaban disponibles en el 55 por ciento de los países. Tras estos datos, el equipo ha encuestado a estos programas y de ellos la mayoría ha concluido que la falta de recursos ha llevado a proporcionar un tratamiento de menor duración a los pacientes por cada año.
De este modo, se ha demostrado que Canadá se sitúa entre los mejores países del mundo respecto a la capacidad de sus programas, ya que realmente la rehabilitación cardiaca solo se encuentra disponible en las provincias, lo que se traduce en un punto por cada 4,5 millones de pacientes con infarto. Por su parte, África, Asia Sudoriental, India, China y Rusia son los países más necesitados.
Así, Sherry Grace, profesora de la Facultad de Salud de la Universidad de York (EE.UU), ha concluido que "el aumento de la capacidad podría lograrse mediante la entrega de más programas no supervisados, por ejemplo, mediante la explotación de la tecnología a través de la rehabilitación cardiaca en el hogar, que se ofreció en sólo 38 países. La entrega en estos entornos es igual de eficaz para reducir la muerte en los pacientes cardíacos".