Epidemiólogos, a favor de eliminar la hora feliz, subir tasas y mas control de venta para reducir el alcohol en menores

Chicas jóvenes bebiendo alcohol en un bar
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Actualizado: miércoles, 16 mayo 2018 13:02

MADRID 16 May. (EUROPA PRESS) -

La Sociedad Española de Epidemiología ha elaborado un informe con 11 medidas, entre las que se encuentran la eliminación de la hora feliz ('happy hour'), subir tasas y precios mínimos para reducir el acceso y mas control de venta, para reducir consumo de alcohol en menores, que considera prioritarias dentro de la nueva ley de alcohol.

Ante los datos que muestran que en España los jóvenes se inician en el consumo de alcohol a los 14 años, más de un tercio de los menores de 17 años afirma emborracharse una vez al mes, mientras solo 3 de cada 10 menores dicen no haber consumido nunca bebidas alcohólicas, la SEE manifiesta su apoyo al Informe de la Ponencia 'Menores sin Alcohol' de la Comisión Mixta Congreso - Senado para el Estudio del Problema de las Drogas.

Sin embargo, hace especial hincapié en el objetivo final, retrasar la edad de inicio en el consumo de alcohol hasta lograr el consumo cero entre menores de edad. Además, los epidemiólogos marcan otros objetivos que debería perseguir la futura ley de alcohol como modificar la baja percepción de riesgo, especialmente entre los menores y contribuir a un cambio cultural que reduzca los consumos de riesgo en la sociedad española, con una orientación educativa adecuada.

Además, la sociedad pide mayor implicación y coordinación de las distintas administraciones, ayuntamientos, comunidades autónomas y gobierno central, en el control del acceso al alcohol por los menores.

11 MEDIDAS PARA LA NUEVA LEY DE ALCOHOL Y MENORES

La primera medida es romover un ambiente urbano libre de llamadas al consumo de alcohol, como la prohibición de anuncios de alcohol en mobiliario urbano o en escaparates visibles desde el exterior; y prohibir la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en vía pública salvo terrazas o áreas autorizadas y unificar criterios entre las distintas Administraciones Públicas.

Por otro lado, reducir la accesibilidad (subida de tasas y precios mínimos), disponibilidad (control estricto de la venta y consumo a menores, separación física de los lineales de bebidas alcohólicas en tiendas con prohibición de acceso a menores), y prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de bebidas alcohólicas de cualquier actividad de ocio deportiva o cultural en la que pudieran asistir menores.

Y que se prohíban las ventas reducidas en horarios específicos en establecimientos de hostelería (happy hour) que fomentan el modelo de consumo de atracón; asimismo, en cualquier evento de ocio o deporte en el que se venda alcohol, se ofrecerá en paralelo y con igual disponibilidad agua de forma gratuita a todos los asistentes.

Por otro lado, revisar la legislación relativa a los puntos de venta de alcohol y en relación con aumentar las sanciones a los establecimientos que vendan fuera de los horarios permitidos. Clausurar cualquier tipo de local o comercio que vendan o suministren alcohol a menores de manera reiterada.

Además, del establecimiento de una tasa de alcohol "0" en conductores menores de edad; el establecimiento de la obligatoriedad de advertir en la publicidad y en el etiquetado de los efectos en la salud de las bebidas alcohólicas; y valorar las buenas prácticas en entidades locales y comunidades autónomas a la hora de hacer cumplir la ley, estableciendo líneas de financiación específicas para aquellas con los mejores indicadores.

En cuanto a uno de los puntos más polémicos, el que menciona el régimen sancionador para los menores y sus familias, advierten que debe ser proporcionado y tener una clara orientación educativa. "En el caso de sanciones económicas se preverá la posibilidad de su cumplimento mediante actuaciones formativas, de intervención social y de implicación con la comunidad", añaden.

Además, proponen impulsar líneas de investigación, estudio y formación en relación con los problemas sanitarios, sociales y económicos derivados del consumo de alcohol en los menores y de los factores de riesgo y determinantes de dicho consumo, para evitar la criminalización de menores y jóvenes y contribuir a la detección precoz que permita las intervenciones necesarias.

Y, finalmente, la futura ley debería tener un carácter integral, desarrollando las acciones que deberían priorizarse desde el ámbito familiar, educativo, sanitario y asistencial, así como las líneas de investigación y formación en relación con el problema derivado del consumo de alcohol en los menores.