El entrenamiento cognitivo disminuye el declive físico y mental entre los mayores

Actualizado: martes, 19 diciembre 2006 23:05

MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los adultos de mayor edad que recibían entrenamiento cognitivo mejoraron su función cognitiva durante un total de hasta cinco años y mostraron un menor declive en su capacidad para realizar las actividades diarias en comparación con aquellos que no recibieron dicho entrenamiento, según un estudio de la Universidad del Estado de Pensilvania en State Collage (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).

El declive en las capacidades cognitivas ha mostrado conducir a un mayor riesgo en el desarrollo de la dificultad para realizar actividades instrumentales de la vida diaria. En el estudio ACTIVE, siglas en inglés de estudio de entrenamiento avanzado cognitivo para una tercera edad independiente y vital, es el primer estudio multicéntrico que examina los resultados a largo plazo de las intervenciones cognitivas sobre el funcionamiento diario de individuos que viven de forma independiente.

El estudio fue realizado entre abril de 1998 y diciembre de 2004. Los participantes del estudio incluían 2.832 personas con una media de 73,6 años que vivían de forma independiente en seis ciudades de los Estados Unidos. Un 67 por ciento de estas personas completaron un seguimiento de cinco años.

Las intervenciones del estudio incluían diez sesiones de entrenamiento de la memoria, el razonamiento o la velocidad de procesamiento y cuatro sesiones para fortalecer el entrenamiento a los 11 y 35 meses después de las sesiones iniciales en una muestra aleatoria de aquellos que completaron la formación.

A los cinco años, los participantes de los tres grupos de intervención informaron de menos dificultad en comparación con el grupo control para realizar las actividades diarias. Sin embargo, este efecto fue significativo sólo en el caso del grupo de razonamiento. Ni la velocidad de procesamiento ni el entrenamiento memorístico tuvieron efecto sobre las actividades diarias. La sesión de reforzamiento en el grupo de procesamiento, pero no en los otros dos grupos, mostró un efecto significativo sobre la realización basada en la medida funcional de la velocidad de procesamiento de cada día.

No se observaron efectos de las sesiones de fortalecimiento en los distintos grupos en cuanto a la resolución de problemas diarios o en las dificultades en las actividades cotidianas. Cada intervención mantenía los efectos sobre sus objetivos cognitivos específicos a lo largo de los cinco años. Las sesiones de entrenamiento adicionales produjeron una mejoría adicional en la intervención sobre el razonamiento y la velocidad de procesamiento.

Los autores concluyen que el declive en las capacidades cognitivas conduce a un aumento en el riesgo de discapacidades funcionales que son los principales factores de riesgo para la pérdida de la independencia. Los resultados de cinco años del estudio, señalan, proporcionan una limitada evidencia de que las intervenciones de este tipo puedan reducir el declive asociado a la edad, sin embargo, dado el progreso en la relación entre el declive cognitivo y los deteriores funcionales, los efectos de la intervención pueden requerir una observación superior a los cinco años.

Los investigadores consideran los resultados del estudio prometedores y apoyan la necesidad de futuras investigaciones para examinar si estas y otras intervenciones cognitivas pueden evitar o retrasar la discapacidad funcional en población de la tercera edad.