MADRID 22 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Australia han realizado un estudio que demuestra una creciente brecha en la esperanza de vida de 16 años para los hombres y 12 años en el caso de las mujeres, lo que significa que se ha incrementado en 2,4 años para los varones y 1,6 años para las mujeres desde 1985. Los científicos apuntan a que esta diferencia en gran parte es impulsada por "el aumento de la esperanza de vida en la población general en lugar de una reducción de la de los pacientes psiquiátricos".
En concreto, en la población general, la esperanza de vida aumentó de 73 años en 1985 a 79 años en 2005 para los hombres y de 79 a 83 en las mujeres. Entre los pacientes psiquiátricos, las personas con trastornos de alcohol o drogas tenían una esperanza de vida más baja en 1985 y para todos los trastornos combinados, la brecha de la esperanza de vida aumentó de 13 años en 1985 a 15 años en 2005 en los hombres y de 10 a 12 años en las mujeres.
Aunque los suicidios representan una gran proporción de muertes en exceso en los pacientes con enfermedad mental, las condiciones físicas son la mayoría de las muertes adicionales. La enfermedad cardiovascular es la principal causa particular para los pacientes con esquizofrenia (32 por ciento en los varones y 46 por ciento en mujeres), otras psicosis (33 por ciento en varones y 41 por ciento en mujeres) y los trastornos neuróticos (38 por ciento en los varones y 38 por ciento en las mujeres).
Se observó la mayor diferencia en la esperanza de vida en las personas con trastornos de alcohol y drogas y esto se mantuvo a través del período del estudio, publicado en 'British Medical Journal'. El abuso de sustancias es un riesgo bien establecido para la enfermedad cardiovascular y muchos tipos de cáncer que hace que estos resultados sean menos sorprendentes.
Estos investigadores australianos realizaron su análisis con los registros poblaciones de su país de entre 1985 y 2005 y calcularon la contribución de las principales causas de muerte como el cáncer, patologías del corazón, enfermedades respiratorias y las causas naturales de muerte. Los datos fueron tomados de bases de datos de toda la población que cubren Australia Occidental, así como los sistemas de información de salud mental y los certificados de defunción.
Los científicos compararon la esperanza de vida de la cohorte de pacientes psiquiátricos con la esperanza de vida al nacer de la población total de Australia Occidental (publicado por la Oficina de Estadística de Australia). Había 292.585 personas en contacto con los servicios de salud mental en el área entre 1983 y 2007, de los cuales 47.669 (16 por ciento) fallecieron en el mismo periodo, y la prevalencia activa de algunos trastornos mentales aumentó con el tiempo incluyendo psicosis afectiva (donde las personas experimentan una pérdida de contacto con la realidad) y estrés.
Los investigadores subrayan que se han producido avances significativos en la reducción de las tasas de mortalidad debido a las condiciones físicas comunes, pero las personas con enfermedad mental no se han beneficiado en la misma medida que la población general. Por ello, concluyen que los resultados muestran el impacto de la enfermedad mental en la esperanza de vida.
A su juicio, mientras que las estrategias dirigidas a la prevención de los suicidios siguen siendo un componente importante, "el 80 por ciento de exceso de muertes se asocia con condiciones físicas" y consideran que "se requerirán enfoques multifacéticos para abordar estas desigualdades". Estos expertos también señalan que el tratamiento de problemas de salud física y factores de riesgo "se traduciría en mejoras en la salud física y mental".