MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el Consejo General de Enfermería (CGE) exige al Gobierno medidas urgentes para acabar con las agresiones, la exposición a fármacos peligrosos y los pinchazos accidentales, e insta a las administraciones a que se comprometan a regular normas específicas para salvaguardar la seguridad de los profesionales.
Para el organismo que representa a las 316.000 enfermeras de España, "es fundamental que las instituciones pertinentes pongan todos los esfuerzos para que las enfermeras no vuelvan a estar desprotegidas como durante el inicio de la pandemia", afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE, en referencia a las dificultades a las que se enfrentaron los profesionales en primera línea del COVID-19 y también los que, por su naturaleza, continúan atendiendo a pacientes en otros ámbitos de la sanidad.
"La crisis que estamos viviendo en la actualidad ha puesto de manifiesto la necesidad de cuidar y respetar el capital humano que existe en nuestro sistema sanitario. Hemos visto cómo, a pesar de todo, las enfermeras han estado desprotegidas muchas veces, teniendo incluso que llegar a vestirse con bolsas de basura para atender a los pacientes. Es fundamental que las instituciones pertinentes pongan todas las medidas necesarias para que esto no vuelva a pasar y proteger, además, la salud y la seguridad de todos los profesionales en todos los estratos de la sanidad", ha reiterado.
RIESGOS MÁS ALLÁ DE LA COVID
No solo la Covid ha puesto en riesgo a los profesionales, uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan las enfermeras son, según explican desde la Organización Colegial, los posibles pinchazos accidentales durante la realización de su trabajo, que pueden ocasionar contagios de virus como el VIH o la Hepatitis B o C.
Por este motivo, hay que apostar firmemente por estandarizar el uso de las agujas de bioseguridad, que protegen a las enfermeras durante su día a día. Estos dispositivos son especialmente importantes para evitar riesgos en momentos de pandemia como el actual, en los que atender a un paciente se hace más complejo por la utilización de los equipos de protección que dificultan enormemente los movimientos.
Tal y como expone los resultados de una encuesta realizada por la Red Europea de Bioseguridad (EBN), en el último año los pinchazos accidentales han aumentado un 22% debido, en la mayoría de los casos, a la mayor presión y estrés al que han estado sometidos durante la pandemia. "Necesitamos una Directiva a nivel europeo que estandarice estos mecanismos y solicitamos que se desarrolle un observatorio permanente de la UE para proporcionar información y datos detallados y actualizados sobre lesiones con estos dispositivos. La seguridad de los sanitarios es primordial para poder continuar ofreciendo cuidados de calidad a la población", asegura José Luis Cobos, vicesecretario general del CGE.
Otro de los retos a los que se enfrentan las administraciones como garantes de la salud de los trabajadores es tomar medidas para la protección de las enfermeras con los medicamentos peligrosos. De hecho, según los últimos datos, el cáncer es la principal causa de muerte relacionada con el trabajo en la Unión Europea. Las enfermeras y demás sanitarios corren más peligro en este ámbito al estar expuestos a sustancias cancerígenas, mutágenos y reprotóxicos mortales en sus puestos de trabajo.
Esta es, sin duda, una de las grandes luchas del CGE, que hace tan solo unas semanas pidió al Ejecutivo que apoye sus reivindicaciones en las discusiones del Consejo Europeo con el Parlamento y la Comisión sobre este aspecto. "Los equipos de protección, las tecnologías seguras y las prácticas adecuadas están disponibles y no son costosas, pero es poco probable que los empleadores las introduzcan universalmente a menos que estén obligados a hacerlo. Necesitamos normas contundentes que obliguen a proteger al trabajador en este aspecto", destaca José Luis Cobos.
También en el ámbito de la seguridad, existe otra cuenta pendiente con las enfermeras: las agresiones. Lejos de disminuir, esta lacra afecta cada día más al sistema sanitario. Se han registrado en el Observatorio Nacional de Agresiones a enfermeras y enfermeros más de 1.300 agresiones en el año 2020, datos tan elocuentes como inadmisibles, que reclaman una actuación urgente. Las largas listas de espera, la falta de profesionales y una Sanidad cada vez más maltratada hacen que los pacientes pierdan muchas veces los papeles y paguen su frustración con aquellos que sustentan el Sistema Nacional de Salud.
"No podemos tener una Sanidad fuerte si aquellos que deben defendernos no legislan de forma contundente contra las agresiones, culpables en muchos casos de problemas de salud mental como el estrés y la ansiedad de las enfermeras", subraya el presidente de las enfermeras.
Además de estos problemas claves para su seguridad, las enfermeras lidian día tras día con condiciones precarias que minan enormemente su salud como la falta de profesionales en las plantillas, la difícil conciliación entre los trabajadores, sueldos insuficientes y un escaso reconocimiento a la enorme labor que realizan.
"La enfermería es una profesión mayoritariamente femenina, que en muchas ocasiones tiene que enfrentarse a otras situaciones estructurales de la sociedad. Hay que llevar a cabo medidas específicas que mejoren la conciliación de nuestros profesionales y, además, fomentar políticas de igualdad entre hombres y mujeres para acabar con la disparidad a la que nos enfrentamos en pleno año 2021", destaca el presidente de las enfermeras.