Archivo - Radioactivo, gas radón - FRANCESCO SCATENA/ ISTOCK - Archivo
MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, exige incluir la exposición al radón en las estrategias de prevención del cáncer, así como reforzar la educación sanitaria en materia de riesgos ambientales, al tiempo que se une a la petición de las enfermeras del Trabajo de una medición real de los niveles de radón.
El radón es la fuente de exposición a radiación ionizante natural más importante para los seres humanos. Es inodoro y se filtra desde el suelo hacia viviendas y entornos laborales. Un número significativo de construcciones en España presentan elevadas concentraciones de este gas, lo que hace que una exposición prolongada se considere un problema grave de salud pública, siendo la segunda causa de cáncer de pulmón nacional.
Se estima que es el responsable del 4% de las muertes por cáncer de pulmón a nivel nacional después del tabaco, lo que equivale a más de 1.500 fallecimientos anuales. "Cada medición cuenta y cada centro laboral protegido salva vidas. Como enfermeras recordamos que la prevención comienza con la información y la educación para la salud", explica Pérez Raya.
Para estimar la exposición real recomiendan mediciones integradas de larga duración, mayor o igual a tres meses, con detectores pasivos de trazas situados en ubicaciones representativas. "En viviendas, los medidores electrónicos pueden apoyar cribados iniciales, en centros de trabajo se prioriza la metodología reglada y la trazabilidad metrológica. En los centros de trabajo, es necesario contar con unas buenas prácticas de medición. Primero debe haber una buena planificación, en zonas, número de detectores, temporada* La colocación del dispositivo de medición debe ser elevada y lejos de corrientes inmediatas. Es importante registrar las condiciones ambientales y de uso de los espacios. El análisis debe llevarse a cabo por un laboratorio acreditado y es preciso hacer un reporte con la media anual estimada y recomendaciones de mitigación cuando proceda", sigue la especialista del Trabajo.
Los pasos para su medición requieren de buena planificación y estrategia de medición si se quieren obtener resultados que sean representativos de la situación de exposición. "Lo que dice la normativa es que hay que medir en lugares cerrados, ubicados en plantas bajas o bajos rasante, y en aquellas zonas donde las personas trabajadoras accedan o permanezcan al menos 50 horas al año en centros de trabajo y en el caso de las viviendas en las estancias más habituales como el salón, dormitorios o si existen zonas en sótanos o garajes, y siempre alejados de corrientes de aire y focos de calor", detalla Sandra Alonso, responsable del Área de Higiene Industrial en Madrid de SGS Tecnos, SAU.
NO PRODUCE SÍNTOMAS DETECTABLES A CORTO PLAZO
Uno de los principales problemas asociados al radón es que no produce síntomas detectables a corto plazo. Esto implica retrasos en el diagnóstico, lo que pone en grave riesgo la salud de la población. "Cuando se inhala, el radón y sus progenies radioactivos emiten radiación alfa que se deposita en el epitelio broncopulmonar, produciendo daño en el ADN celular y aumentando el riesgo de carcinogénesis", explica María Novoa, enfermera especialista del Trabajo.
"La gestión del riesgo requiere una respuesta coordinada entre administraciones, servicios de prevención, profesionales sanitarios y ciudadanía, con liderazgo específico de la Enfermería del Trabajo en entornos laborales. Reducir el riesgo real de padecer cáncer es una medida de alto impacto tanto personal, laboral como organizacional y social. Mejorar este impacto es una oportunidad de liderazgo para las enfermeras del Trabajo, quienes conocen el riesgo y las medidas de actuación para reducir la exposición. Las enfermeras del Trabajo no solo contribuyen a analizar y evaluar el riesgo, sino que lideran decisiones informadas que protegen vidas", añade.
En la prevención primaria del cáncer de pulmón se incluyen el control del tabaquismo, la reducción de la exposición al radón y a otros carcinógenos ocupacionales, así como la mejora de la calidad del aire en espacios interiores, sin embargo, no existen programas masivos de cribado de cáncer vinculados al radón en España. "Según criterios clínicos y de exposición, la tomografía computarizada de baja dosis puede considerarse válida para el cribado selectivo en personas con alto riesgo", afirma Novoa.
Las enfermeras del Trabajo recuerdan que la prevención comienza con la información y la educación para la salud. Así, recomiendan a la población medir el radón en sus viviendas y lugares de trabajo. "En el ámbito laboral, la vigilancia de la salud de trabajadores potencialmente expuestos puede incluir anamnesis respiratoria dirigida, espirometrías periódicas y coordinación con neumología en casos indicados. La comunicación proactiva con Atención Primaria y la educación sanitaria sobre los riesgos y señales de alerta resultan esenciales", señala la enfermera.
En este sentido, recuerda que la actuación de las enfermeras especialistas del Trabajo puede considerarse como "un agente clave" en el abordaje del radón "y suponen una palanca de cambio en la gestión del mismo". Así consideran que transforman conocimiento en acción preventiva y resultados de salud. Su rol integra la participación en la evaluación de riesgos, la coordinación interprofesional y multidisciplinar, el liderazgo ético y la educación para la salud, entre otros.