MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las enfermedades cardiovasculares aumentan y complican hasta el 4 por ciento de los embarazos y partos, según ha mostrado el Registro ROPAC, integrado en el 'EURObservational Research Programme' y presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
De hecho, los expertos reunidos en el congreso han explicado que la combinación de embarazo y enfermedad cardiovascular se debe a que las mujeres con patología cardiaca congénita actualmente alcanzan en un 85 por ciento o un 90 por ciento la edad adulta, gracias a los avances registrados en los tratamientos, de las cuales un alto porcentaje decide procrear.
De esta forma, automáticamente se incluyen dentro del grupo de 'embarazo de riesgo', por lo que, a juicio de los especialistas, el asesoramiento y el tratamiento de mujeres en edad de concebir debería iniciarse antes del embarazo para que las pacientes con alto riesgo sean tratadas en unidades especializadas y multidisciplinares.
Asimismo, han proseguido, la patología cardiaca adquirida durante el embarazo se debe a que los cambios fisiológicos pueden conducir al desarrollo de complicaciones, así como a la existencia de uno o más factores de riesgo cardiovascular.
Y es que, la mujer con cardiopatía congénita y/o adquirida que se queda embarazada puede sufrir complicaciones durante el embarazo, parto y/o puerperio, como consecuencia de los cambios que este estado ocasiona sobre su sistema cardiovascular.
Durante el embarazo, el corazón de la madre debe de hacer el doble de esfuerzo debido a los cambios fisiológicos propios del cuerpo de la mujer, y a los que el sistema cardiovascular debe adaptarse. Así, durante el periodo de gestación se incrementa el volumen sanguíneo, la frecuencia cardiaca y el gasto cardiaco y, además, se produce un descenso en la tensión arterial, tanto la sistólica como la diastólica.
Para evitar dichas complicaciones, la SEC ha recomendado a las embarazadas, y especialmente a las que ya presentan cardiopatías, vigilarse periódicamente la tensión arterial, apuntando en un cuaderno las cifras para mantener el control; una dieta baja en sal, dejar de fumar y tratar de llevar una vida lo más saludable posible.
EMBARAZADAS SIN CARDIOPATÍA
Otro tipo de problemática es la mujer embarazada sin cardiopatía, pero que presenta una patología cardiovascular durante el embarazo, parto o puerperio. En ambos casos, la edad cada vez más avanzada de las mujeres gestantes se convierte en un factor de riesgo que se añade y complica los casos mencionados.
De hecho, las mujeres embarazadas pueden tener un amplio espectro de enfermedades cardiovasculares, incluyendo enfermedad cardiaca congénita, enfermedad reumática del corazón, hipertensión pulmonar, cardiomiopatía, enfermedad aórtica y enfermedad de la arteria coronaria. La heterogeneidad de este grupo implica una complejidad extraordinaria, ya que cada patología requiere un seguimiento específico.
En este sentido, según ha explicado la presidenta de la sección de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas de la SEC, M.T. Subirana, en España se suele abordar esta problemática emergente desde una perspectiva multidisciplinar: cardiólogos, obstetras, ginecólogos, anestesiólogos, neonatólogos y expertos en medicina fetal.
En concreto, ante una gestación, la Unidad de Cardiopatías Congénitas del Adulto y Adolescente (UCCAA), establece el riesgo de la paciente en función de la tipología de la cardiopatía, estado funcional y situación clínica y, si es necesario, la deriva a la Unidad de Alto Riesgo Obstétrico. La función es realizar el seguimiento del embarazo, y planificar con facultativos de distintas especialidades, el parto y postparto con el objetivo de minimizar los riesgos maternos, fetales y neonatales.