MADRID 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación publicada en 'Stem Cell Reports' proporciona información decisiva que las células precursoras de mama pueden ser genéticamente vulnerables a convertirse en cáncer. Los científicos descubrieron que una clase particular de células normales precursoras de mama tienen extremos de los cromosomas extremadamente cortos (conocidas como telómeros), por lo que se espera que estas células sean propensas a mutaciones que conducen al cáncer si se las ingenian para mantenerse con vida.
Estos hallazgos sugieren nuevos indicadores para identificar a las mujeres en mayor riesgo de cáncer de mama y proporciona una visión de posibles nuevas estrategias para detectar, tratar y prevenir la enfermedad. El laboratorio de David Gilley, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, en Indianápolis y el laboratorio de Connie Aleros, de 'BC Cancer Agency's Terry Fox Laboratory', en Vancouver, Canadá, colaboraron ??para determinar cómo se regulan los telómeros en diferentes tipos de células de mama normales.
Sus estudios revelaron que un subconjunto de las células precursoras normales de mama, llamado progenitores luminales, tiene telómeros peligrosamente cortos y muestra una respuesta al daño del ADN correspondientemente con el alto nivel localizado en sus extremos de los cromosomas. Esto muestra cómo un proceso normal en el desarrollo del tejido produce un tipo de célula que está predispuesto a adquirir mutaciones que causan cáncer.
"Los progenitores luminales que hemos encontrado que poseen esta característica se ponen ahora en el centro de atención como un escenario probable de que el cáncer de mama puede despegar", señala Aleros. Estudios recientes han implicado a las células progenitoras luminales en el desarrollo de cáncer de mama con una mutación del gen BRCA1.
La investigación pone de relieve la importancia de la investigación de los diferentes tipos de células en tejidos humanos normales para entender el origen celular del cáncer y los factores que pueden contribuir a su desarrollo. "Un uso inmediato de nuestro estudio será examinar otros tejidos epiteliales humanos para ver si este hallazgo es único en el pecho o un fenómeno más general", adelanta el doctor Gilley.