Philips dota a la Universidad San Jorge (Zaragoza) de varios desfibriladores semiautomáticos y uno itinerante

Actualizado: jueves, 7 febrero 2013 11:47

MADRID 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

La empresa Philips ha dotado a la Universidad San Jorge (Zaragoza) de varios desfibriladores semiautomáticos en todos sus edificios, así como de un itinerante que está dirigido, principalmente, a los alumnos y profesores del grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por ser las personas que están más expuestas a riesgos.

Asimismo, además de instalar estos equipos, la Universidad San Jorge ha formado a 24 personas en 'Soporte Vital Básico' y en la utilización de desfibriladores de alta tecnología médica diseñados para el personal no especializado (DESA). De esta forma, un colectivo de docentes, personal técnico y de gestión y personal de servicios generales serán, a partir de ahora, los responsables de asegurar una buena actuación en caso de que fuera necesario.

Las sesiones teóricas se han completado con ejercicios prácticos para conocer el buen manejo de este instrumental en situaciones de peligro. Unos cursos homologados que han incluido técnicas de reconocimiento precoz de los síntomas de parada cardiorrespiratoria y la aplicación adecuada de la reanimación cardiopulmonar (RCP) y las técnicas propias de este tipo de actuaciones.

"Es un equipo muy sencillo que sólo con encenderlo comienza a dar las instrucciones sobre las maniobras a realizar. Una vez puesto sobre el pecho del paciente, el mismo equipo determina qué es lo que se debe hacer. La sencillez de su utilización y la seguridad de su empleo hacen muy sencillo su manejo por cualquier persona", ha señalado la adjunta al Rector en el área de Dirección de Personas de la Universidad San Jorge, Mª Jesús Vinacua.

El objetivo, por tanto, es poder contar con recursos físicos y humanos que permitan la oportuna y correcta estabilización de una persona con síntomas de paro cardíaco. Y es que, se ha demostrado que la reanimación cardiopulmonar bien aplicada durante los primeros dos o tres minutos tras el paro cardiaco aumenta en un 45 por ciento las posibilidades de sobrevivencia.

"El tiempo es el principal enemigo a la hora de salvar a una persona que sufre un paro cardiaco. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación ronda los 10 minutos. Si se dispone de un desfibrilador cercano que permita atender a la víctima tras realizar la RCP en ese periodo de tiempo, podremos salvar su vida y evitar secuelas o daños irreparables", ha zanjado el responsable de la Unidad de Desfribiladores de Philips Ibérica, David Pérez.