MADRID, 22 Ago. (Reuters/EP) -
La terapia domiciliaria podría mejorar los síntomas depresivos de los adultos afroamericanos de mediana edad, según ha evidenciado una investigación llevada a cabo por la Facultad de Enfermería de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos).
Este trabajo, que ha sido publicado en la edición digital de la revista 'Annals of Internal Medicine', expone que aplicar el tratamiento pertinente en el propio domicilio del paciente resulta "modestamente efectivo".
Para llegar a esta conclusión, los expertos han realizado seguimiento a 208 personas afroamericanas de 55 años o más y con depresión, a los cuales se les dividió en dos grupos. Mientras que el primero se sometió durante cuatro meses a sesiones semanales de una hora de duración con un trabajador social entrenado, el segundo no recibió visita domiciliaria alguna.
Tras ello, los especialistas han constatado que los miembros del primer grupo obtuvieron calificaciones más bajas en una escala que mide los síntomas de depresión en comparación con el resto de participantes. En concreto, los que participaron en las sesiones en el hogar comenzaron con una depresión media de 13,3 puntos en una escala de 0 a 25, dato que descendió hasta los 6,4 puntos tras las mismas.
Por su parte, el grupo control inició el estudio con una depresión de promedio de 12,7 puntos y lo acabó con un nivel en la escala de depresión de 8,9 puntos. Todo ello valida el objetivo de este trabajo, el cual era "ayudar a estas personas a hacer frente a sus preocupaciones y ansiedades, y hacer que se involucren en las actividades que son importantes para ellos".
Así lo señala la autora principal de la investigación y directora del Centro para la Atención Innovadora en el Envejecimiento de este centro académico norteamericano, la doctora Laura Gitlin, que añade que el beneficio de las sesiones en el hogar es "significativo".
AYUDA A LOS PACIENTES A ENCONTRAR TÉCNICAS DE REDUCCIÓN DE ESTRÉS
En cuanto a la idiosincrasia de las sesiones que se realizan en el domicilio del paciente, la especialista indica que éstas tratan de enseñarles "métodos y técnicas de reducción de estrés". Además, sirven para evaluar si los enfermos "necesitan adicionales servicios médicos o sociales", explica.
No obstante, ahí no acaba el trabajo de los profesionales durante sus visitas a los pacientes, ya que también intentan hacer que éstos identifiquen objetivos "para mejorar su estado de ánimo", razona Gitlin, que señala entre éstos "hacer comidas familiares, practicar ejercicio regularmente o realizar viajes".
Para la experta, esta investigación era necesaria debido a la incidencia de esta enfermedad, y es que "hasta un 30 por ciento de los afroamericanos de mediana edad experimentan síntomas de depresión". Además, este colectivo está en riesgo de no recibir tratamiento para su patología, "sea por carecer de acceso a atención médica o por no estar dispuesto a demandarla por razones culturales", lamenta.
En este sentido, argumenta que la depresión "sigue estando estigmatizada", además de que la gente suele considerar que es "una parte natural del envejecimiento". Ante ello, concluye que el tratamiento en el hogar "es realmente desestigmatizador y permite a los pacientes hablar sobre su enfermedad".