La suplementación dietética a base de colina en embarazadas reduce el riesgo de factores asociados a esquizofrenia

Embarazada
MARÍA PAZ VARGAS/FLICKR
Actualizado: miércoles, 16 enero 2013 17:49

MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

La suplementación dietética a base de colina en embarazadas reduce el riesgo de factores asociados a la esquizofrenia en los futuros bebés, tal y como ha evidenciado una investigación realizada por la Universidad de Colorado (Estados Unidos).

En concreto, este nutriente "esencial" similar a la vitamina B hace que se observen "tasas más bajas de los factores fisiológicos de riesgo de esquizofrenia en los niños a los 33 días de su nacimiento", explican los expertos. Para ello, la colina debe ser administrada a las madres en los dos últimos trimestres de gestación.

Este compuesto, que se encuentra en alimentos como "el hígado, el pescado, las nueces o los huevos", tiene, por tanto, un potencial terapéutico debido a su estrategia de apuntar a los marcadores de la esquizofrenia "mucho antes de que la enfermedad aparezca", indican.

Además, están en estudio sus posibles beneficios para enfermedades hepáticas, como "la hepatitis crónica y la cirrosis", a las que se añaden otras como "la depresión, la pérdida de memoria, la enfermedad de Alzheimer, la demencia y ciertos tipos de convulsiones", explican los especialistas.

Para uno de los autores del estudio y presidente del Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, el profesor Robert Freedman, la prevención debe aplicarse a toda la población, ya que "los genes asociados a la esquizofrenia son comunes". Por ello, destaca el valor de la colina, que "facilita el funcionamiento cognitivo en la descendencia".

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han estudiado a mujeres sanas y embarazas a las que a algunas se les ha administrado 3.600 miligramos de fosfatidilcolina cada mañana y 2.700 miligramos cada noche, y a otras placebo. Tras ello, se ha observado que el 86 por ciento de los bebes nacidos de las mujeres del primer grupo han inhibido la respuesta a los sonidos repetidos, por sólo un 43 por ciento del grupo con placebo.