MADRID 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Medical Center de la Universidad de Columbia han demostrado que las nuevas mutaciones genéticas que alteran a las proteínas --errores genéticos presentes en los pacientes pero no en sus padres-- están relacionadas con más del 50 por ciento de los casos de esquizofrenia no heredada. Los resultados han sido publicados 'on-line' en el último número de 'Nature Genetics'.
Un grupo de investigadores liderado por la doctora Maria Karayiorgou y el doctor Joseph A. Gogos, examinó los genomas de pacientes con esquizofrenia y los de sus familias, así como los de grupos de control sanos. Todos los sujetos pertenecían a una población genéticamente aislada, eran habitantes de Sudáfrica con ascendencia europea.
Los hallazgos se basaron en estudios anteriores realizados por Karayiorgou, profesora de psiquiatría en el Medical Center de la Universidad de Columbia. Hace más de 15años, Karayiorgou y sus colaboradores describieron una rara mutación "de novo" presente el 1-2 por ciento de los casos esporádicos de esquizofrenia. Con los nuevos avances tecnológicos, hace tres años el equipo de Columbia fue capaz de disponerse a encontrar el genoma completo en la búsqueda de lesiones similares que inserten o extraigan pequeños trozos de ADN. Las mutaciones encontradas representan alrededor del 10 por ciento de los casos esporádicos.
Animados por su progreso, los científicos se dispusieron a averiguar si otras mutaciones, previamente indetectables, representaban un porcentaje aún mayor de casos esporádicos. Mediante la técnica de "secuenciación profunda", que examina las bases de nucleótidos de casi todos los genes en el genoma humano, encontraron 40 mutaciones, todas de genes diferentes. Los resultados señalan el camino hacia la búsqueda de más mutaciones que contribuyan a la genética de la esquizofrenia; un paso necesario para comprender cómo se desarrolla la enfermedad.
"La identificación de estos daños mutaciones 'de novo' ha transformado radicalmente nuestra comprensión de las bases genéticas de la esquizofrenia", afirma el doctor Bin Xu, profesor de neurobiología en el Medical Center de la Universidad de Columbia y co-autor del estudio.
"El hecho de que las mutaciones de los genes sean diferentes", explica Karayiorgou, "es particularmente fascinante. Este hecho sugiere que un número aun mayor de mutaciones puede contribuir a la esquizofrenia. Esto ocurre, probablemente, debido a la complejidad de los circuitos neuronales que se ven afectados por la enfermedad; muchos genes están implicados en su desarrollo y función". Karayiorgou y su equipo buscan ahora mutaciones recurrentes, que puedan aportar pruebas definitivas de que una mutación específica contribuye a la esquizofrenia.
El número potencialmente elevado de mutaciones hace que una aproximación de terapia génica para el tratamiento de la esquizofrenia sea poco probable. Los investigadores sospechan, sin embargo, que todas las mutaciones afectan a los mismos mecanismos neurales. "A través de la utilización de métodos innovadores de la neurociencia", afirma el doctor Joseph Gogos, profesor de fisiología y neurociencia en el Medical Center de la Universidad de Columbia, "esperamos identificar las disfunciones del circuito neural, y eventualmente desarrollar un tratamiento".
Los resultados del estudio también ayudan a explicar dos enigmas: la persistencia de la esquizofrenia, a pesar de que las personas con la enfermedad no suelen pasar las mutaciones a sus hijos; y la alta incidencia mundial de la enfermedad, a pesar de las grandes variaciones del contexto ambiental.