MADRID, 22 Mar. (Reuters/EP) -
Las mujeres que consumen hasta siete copas de vino o cerveza a la semana parecen ser ligeramente menos propensas a padecer accidentes cerebrovasculares (ACV) que las que no prueban el alcohol, según un estudio liderado por investigadores del Brigham and Women's Hospital en Boston (Estados Unidos), que siguió a cientos de mujeres durante 30 años y se publica ahora en la revista especializada 'Stroke'.
Los autores de este trabajo coincide con la recomendación de las guías de la American Heart Association (AHA) de que las mujeres deberían beber más de una copa al día y aclaran que sus resultados no significan que ahora las mujeres deban empezar a tomar alcohol para prevenir los accidentes cerebrovasculares.
"No alentamos a las mujeres que no beben a iniciarse en el alcohol", puntualiza la líder de este estudio, Monik Jimenez, del Brigham and Women's Hospital, quien puntualiza que el alcohol es "una espada de doble filo, dado que mayores niveles (de consumo) pueden aumentar la presión arterial y (las posibilidades de sufrir) fibrilación atrial, que son factores de riesgo del accidente cerebrovascular".
Varias investigaciones anteriores demostraron que un consumo bajo de alcohol está ligados a menores posibilidades de sufrir un ACV.
Para realizar su estudio, el equipo de Jimenez utilizó datos de un estudio multitudinario sobre enfermeras que evaluó la salud, al dieta y el estilo de vida de más de 83.000 mujeres de mediana edad durante 26 años.
Los expertos compararon los hábitos de consumo de alcohol de las mujeres del estudio que habían tenido un ACV con las de aquellas que no lo habían padecido, dividiendo a las participantes en cinco categorías, que contemplaban desde a las mujeres que nunca bebían hasta aquellas que realizaban un mayor consumo (al menos 2,5 cervezas o dos 'chupitos' de licor o unas tres copas de vino al día).
UNA COPA AL DÍA, 21% MENOS DE RIESGO
De las aproximadamente 25.000 mujeres que nunca bebían alcohol, alrededor del 4 por ciento habían sufrido un ACV en algún momento durante el período de estudio. En cambio, el 2 por ciento de las más de 29.000 participantes que habían tomado hasta media copa diaria sufrieron un ACV. Entre las que consumían entre medio y un vaso diario de alcohol, sólo una de cada 200 terminó sufriendo un ACV.
Tras tener en cuenta factores de riesgo de ACV como el tabaquismo, el sobrepeso y los antecedentes de enfermedad cardíaca, descubrieron que beber hasta una copa al día estaba relacionado con un riesgo entre un 17 y 21 por ciento menor de sufrir un ACV.
Sin embargo, el estudio no probó que el alcohol prevenga los ACV y no hay una explicación por el momento para el vínculo existente entre ambos. Jimenez sugiere que el alcohol podría generar este efecto al prevenir la formación de coágulos sanguíneos o alterar los niveles de colesterol.
Su estudio no mostró un aumento del riesgo de ACV entre las mujeres que más bebían, a pesar de que otras investigaciones han sugerido esa posibilidad. Un estudio anterior señaló que tomar varias copas estaba, de hecho, ligado a un mayor riesgo de ACV en las siguientes 24 horas.