MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los hijos de madres trabajadoras son significativamente más propensos a sufrir problemas de salud, como asma o accidentes, que los niños de madres no trabajadoras, según una investigación de la North Carolina State University.
Según Melinda Morrill, profesora de Economía en la NC State y autora del estudio, "nadie debería hacer juicios radicales basados en la decisión de una madre de trabajar o no". Sin embargo, apunta, es importante que se sea consciente de los costes y beneficios asociados con esta determinación".
Este estudio ha evaluado datos recogidos entre 1985 y 2004 sobre unos 89.000 niños, procedentes de la Encuesta Nacional de Salud de los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Los niños estudiados estaban en la edad escolar y tenían al menos un hermano más joven.
Descubrió que, cuando una madre trabaja, esta circunstancia lleva a un 200 por cien de incremento del riesgo de sus hijos de sufrir tres problemas de salud: hospitalizaciones nocturnas, episodios de asma, heridas o intoxicaciones.
Estudios anteriores han demostrado que, de media, los niños tienen mejor salud cuando sus madres trabajan. Estos descubrimientos han sido atribuidos a factores como el aumento de los ingresos, la disponibilidad en la familia de seguros sanitarios y una mayor autoestima de la madre.
Sin embargo, Morrill ha demostrado que no es así utilizando una avanzada técnica estadística centrada, específicamente, en la relación causal entre las madres trabajadoras y la salud de sus hijos. Esta aproximación tiene en cuenta factores como la manera en la que la salud de los menores se ve afectada por la capacidad de las madres de trabajar. Por ejemplo, si un niño enferma, la madre podría tener más probabilidades de permanecer en casa para cuidarle.
La posibilidad de que las madres puedan meter a sus hijos más pequeños en guarderías puede influenciar sus posibilidades de volver al trabajo. Valorando los resultados en salud, Morrill miró sólo a los niños más mayores que ya iban al colegio, entre los 7 y los 17 años, y cuyos hermanos menores estaban en edad de ir a la guardería.