MADRID 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Consejo Rector del CIBER ha nombrado este jueves a Eduard Vieta como director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), sustituyendo en el cargo a Celso Arango, que ocupaba este puesto desde 2008.
"Mis objetivos al frente del CIBERSAM son dar continuidad a la extraordinaria labor realizada por el doctor Celso Arango, que ha llevado a la psiquiatría española a los niveles más altos de su historia en calidad investigadora, y desplegar el nuevo plan estratégico que estamos ultimando para el trienio 2017-2019", ha señalado el hasta ahora subdirector científico del CIBERSAM.
Vieta se ha marcado como retos poner al paciente en el centro de las decisiones, potenciar más si cabe la innovación, la interacción clínico-básica y la colaboración en red, e impulsar la investigación traslacional de excelencia, con impacto social, y dirigida a mejorar la vida de las personas con enfermedades mentales.
Vieta es profesor titular de Psiquiatría por la Universitat de Barcelona, jefe de servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona e investigador del Institut d'Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS). A lo largo de su vida profesional ha publicado más de 600 artículos originales en revistas internacionales, más de 370 capítulos de libros y 32 libros completos sobre trastorno bipolar.
También es editor asociado de 'The American Journal of Psychiatry', 'Schizophrenia Bulletin', 'European Neuropsychopharmacology' y la 'Revista de Psiquiatría y Salud Mental', y forma parte del comité editorial de numerosas revistas científicas. A lo largo de su carrera profesional ha recibido los premios internacionales 'Aristóteles' (2005), 'Mogens Schou' a la excelencia investigadora por su trayectoria científica (2007), el 'Colvin Prize' de la Brain & Behavior Research Foundation (2012), y el premio 'Lilly del International College of Neuropsychopharmacology (CINP)' a la investigación clínica en neurociencia (2014), entre otros.
Entre sus aportaciones más importantes se encuentran la identificación de disfunciones neurocognitivas y su tratamiento en el trastorno bipolar, la demostración de la eficacia de la psicoeducación en dicha enfermedad, y el desarrollo clínico de nuevos tratamientos farmacológicos.